Las rebajas fiscales aplacan las reclamaciones por la factura de la luz

Marta Gómez Regenjo
Marta Gómez RIBEIRA / LA VOZ

BARBANZA

CARMELA QUEIJEIRO

En las oficinas de consumo esperan una avalancha de quejas con la llegada del frío

21 sep 2021 . Actualizado a las 05:00 h.

Cuando entró en vigor, el pasado 1 de junio, la nueva tarificación eléctrica por tramos horarios, los expertos auguraban un incremento del precio de la luz en los meses siguientes. No se equivocaban, pero quizá tampoco preveían que el aumento sería tan acusado y que el coste de la electricidad iría pulverizando récord tras récord hasta superar los 170 euros el megavatio hora hace apenas una semana. En este contexto podría pensarse que se estaría produciendo un aluvión de reclamaciones en las oficinas de atención al consumidor de Barbanza, pero lo cierto es que no ha sido así, en buena medida debido a las rebajas fiscales aplicadas por el Gobierno.

Las iniciativas anunciadas y las que se venían aplicando han contribuido a paliar el importe final de los recibos, y eso ha mitigado el registro de quejas pese a la indignación generalizada por la subida de la luz, que este fin de semana llevó a que se convocasen concentraciones en distintos municipios de la comarca: «A baixada do 11 % do IVE contrarresta un pouco a suba, por iso non está vindo a xente en masa, porque o usuario mira o importe final», explicaban desde la oficina municipal de atención al consumidor (OMIC) de Ribeira.

Tampoco en Boiro se han concretado reclamaciones por el incremento de la factura eléctrica, y lo que sí hay son numerosas consultas relativas a las nuevas tarifas y a las franjas horarias. A ello también contribuye, señalan en ambas oficinas, que estos precios de récord han coincidido con el verano: «Aquí apenas se usa o aire acondicionado, así que non é unha época de gran consumo». Algo que creen que cambiará con la llegada del frío.

Desde mayo

Pese a ello, la subida se nota en el bolsillo, y en algunos hogares la factura de agosto de este año superaba en cien euros la del mismo mes del 2020.

Desde las oficinas del consumidor explican que es probable que muchos clientes dirijan sus reclamaciones directamente a las eléctricas. Sin embargo, sí están recibiendo numerosas quejas por los retrasos en la facturación. De hecho, en Boiro explicaban que hay muchos usuarios a los que no les pasan el recibo correspondiente desde el pasado mes de mayo: «A resposta que están dando desde a compañía é que o retraso na emisión das facturas se debe aos cambios nos sistemas informáticos».

«É moi triste que a xente teña que escoller entre comer ou pagar o recibo»

María José Maneiro lleva más de tres décadas trabajando en el sector peluquero y apunta que la subida de la luz es solo una más del constante incremento de los precios: «Isto é unha cousa fóra do normal, para saír todos á rúa. A factura deste agosto é o dobre da do ano pasado. Para quen estiven traballando todo o verán? Para que catro maleantes enchan os petos?». Sin embargo, lo que más la indigna de todo este asunto es la difícil situación en la que quedan muchas personas por culpa del encarecimiento de la electricidad: «É moi triste que a xente teña que escoller entre comer ou pagar a luz».

Conforme avanza en su discurso, la indignación de María José va a más: «É vergoñento que haxa xente que teña que pasar frío este inverno porque non pode pagar a factura da luz mentres outros se fan de ouro, é que non hai dereito! Non hai dereito a que nos estean sacando un cacho do noso pan».

El incremento de la factura también lo ha notado en su hogar: «Que pretende esa xente? Que saiamos todos á rúa?».

«Asumir ese gasto a partir de agora vai ser moito máis duro»

Explicaban en las oficinas de consumo que el estío no es una época de grandes consumos en Galicia debido al clima, sin embargo, la subida de la luz la notan en el bolsillo especialmente aquellos que necesitan la misma potencia sea verano o invierno, como ocurre en bares o peluquerías. A este último sector pertenece Mónica Calo, con dos negocios en Boiro y en Ribeira, que cifra en torno a un 20 % el incremento de la factura: «A sorte foi que no verán tivemos traballo, pero asumir ese gasto a partir de agora, en meses baixos como outubro e novembro, vai ser moito máis duro».

Señala que el sablazo a final de mes afecta a todo el mundo, pero a un negocio como el suyo mucho más: «A subida é brutal, necesitamos unha potencia moi alta para os secadores, pranchas, lavadora... Dependemos totalmente da electricidade».

Mónica Calo añade que, al final, los más perjudicados son siempre los mismos, y cuestiona que el Gobierno no tome cartas en el asunto: «Non se está mirando nada pola pequena empresa e os autónomos, e somos os que asumimos máis riscos; as grandes empresas poden negociar prezos ou rebaixas, nós non. Temos a luz moito máis cara que en outros países, pero os soldos son máis baixos, e non entendo como o Estado pode consentir iso e que as eléctricas fagan o que queiran, é un produto de primeira necesidade».