Barbanza recupera el tirón turístico gracias a los visitantes de la comunidad

A pesar del caótico tiempo de estos meses y de la más aún cambiante situación sanitaria, los vecinos de Barbanza han vuelto a recibir con las puertas abiertas a los visitantes de la temporada estival. A punto de decir adiós al verano, este mes de septiembre abre la puerta a la reflexión, y es cuando los concellos analizan el impacto del turismo en la zona. En esta ocasión, los ayuntamientos además tenían que demostrar que es posible ofrecer una estancia segura que permita asentar las bases para el futuro. Los datos recogidos en las distintas oficinas de turismo indican que, aunque con diferencias, muchas localidades han conseguido acercarse a los niveles previos a la pandemia gracias a la importante presencia de personas procedentes de otros puntos de la comunidad gallega. Destacan especialmente Noia y Muros, que agrupan a más del 50 % de foráneos del conjunto de la comarca.

El mejor mes sigue siendo agosto, cuando se registraron las mayores subidas de visitantes en concellos como Rianxo, Boiro y A Pobra; aunque esta tónica es común en el conjunto de Barbanza, que también tiende a acoger al turismo de playa procedente de los grandes centros urbanos españoles que tiene aquí una segunda residencia.

Cambio de perfil

El perfil de visitante también ha cambiado ligeramente con respecto a veranos anteriores. En su mayoría, los responsables de las oficinas de turismo de los distintos municipios destacan un entusiasta turista gallego, que supone en torno al 80 % de lo demandantes de información . A estos le siguen los turistas nacionales de Madrid, País Vasco y Cataluña, archiconocidos en toda la zona y apreciados por muchos hosteleros porque sus estancias suelen ser bastante largas y porque suelen dejar dinero con efecto multiplicador, como lo denominan los expertos.

Con todo, la pandemia ha provocado que Barbanza se quedara este año sin la visita de muchos turistas internacionales. Ha bajado sobre todo la afluencia de franceses, portugueses y británicos, coincidiendo con el impacto de la variante delta en todos estos países.

Por lo general, el corte de proximidad de los visitantes hace que estos se decanten por visitas cortas en la comarca, viajes de un día o de fin de semana, sin muchas pernoctaciones. Barbanza también funciona como un destino de apoyo a otros próximos más concurridos, como pueden ser Vigo o Santiago de Compostela, donde los visitantes se suelen alojar. Esto provoca que el impacto económico final de estas visitas sea algo menor que con estancias más largas. Sin embargo, el cambio de tendencia hacia un turismo más aventurero arroja una esperanza para los alojamientos como cámpings, que representan un 2 % de los visitantes de paso en Muros, o las instalaciones como los aparcamientos para caravanas, que suponen el 1,17 % de los alojamientos en Ribeira este verano.

Por otro lado, el gran impacto del turismo también se ha visto reflejado en las cifras de paro del Barbanza, que se mantienen en bajo históricos de la década. Todo ello es por el efecto multiplicador de la economía que caracteriza al sector de servicios, y principalmente a la hostelería.

Raúl Treus: «Nós non somos Sanxenxo nin Santiago, temos unhas afluencias máis equilibradas»

A pesar de que Boiro no ha conseguido remontar del todo las cifras de turismo del 2019, el concejal Raúl Treus se muestra positivo con los cambios que ha observado en el sector. «Nós non somos Sanxenxo nin Santiago, nós temos unhas afluencias máis equilibradas, pero por iso mesmo temos que aproveitar o momento no que nos encontramos», destacó el responsable de Turismo.

 Para él, lo importante ahora es esperar a las estadísticas de la mancomunidad Barbanza Arousa, que dejarán una fotografía más clara para hacer el diagnóstico. Con todo, sí se han podido observar algunos cambios que servirán para reformar el modelo. «En liñas xerais, cada vez os visitantes están buscando máis información sobre espazos naturais, miradoiros, rutas de sendeirismo... Pode que iso sexa un dos impactos da pandemia, que a xente rote e se decante máis por espazos con menos afluencia e en xeral, máis illados», dice Treus.

Con las cifras en la mano, el edil espera ahora poder articular un nuevo programa de actividades culturales y deportivas. Todo con la idea de diversificar la oferta turística y asegurar un flujo constante de visitantes al municipio barbanzano.

En Barbanza se sabe que llegan las vacaciones en cuanto se oye el primer acento madrileño. Este año, aunque con tanto volumen, los sonidos castellanos nos han permitido disfrutar de lo que considerábamos una ilusión: un verano normal.

---

---

---