«Vacunarse en Venezuela es imposible, y aquí ha surgido esta gran oportunidad»

Ana Lorenzo Fernández
Ana Lorenzo RIBEIRA / LA VOZ

BARBANZA

CARMELA QUEIJEIRO

Numerosos vecinos que todavía no habían sido citados acudieron al hospital de Barbanza a recibir la primera dosis de Pfizer

12 sep 2021 . Actualizado a las 20:53 h.

«Bos días, ten cita previa ou non? Se xa está convocado pode pasar e senón ten que darme os seus datos para que o poidan chamar para a segunda dose». Así recibía ayer el personal de enfermería del hospital de Barbanza a las decenas de personas que se acercaron al centro sanitario de Oleiros para administrarles la primera inyección de Pfizer. Y es que, aunque había unos 800 vecinos convocados para esta jornada de vacunación, por primera vez se dio la oportunidad de recibir este primer pinchazo a todos aquellos que, por múltiples motivos, no fueron llamados o no pudieron acudir cuando les correspondió a su mismo grupo de edad.

Alejandro Morales es canario, pero lleva más de un año trabajando en Ribeira. Un problema con los trámites para cambiarse al médico de desplazados hizo que no fuera inmunizado cuando lo hicieron todos los nacidos en 1989. «Estaba esperando a que me llegara el mensaje, pero cuando vi que iban a vacunar sin cita, ya me vine», apunta.

También tomó la misma decisión el pobrense José Francisco, al que estuvieron llamando al teléfono de su casa, pero nunca lo dieron localizado. A principios de julio convocaron a todos los de su edad, y él empezó a sospechar que algo pasada: «Cando me dei conta, fun a activar o número do móbil como contacto, pero xa era tarde». Su vecina Sonia Sanlés se encontraba de vacaciones en Portugal cuando la convocaron, «me dijeron que esperara a la repesca, pero no daba llegado el día, así que me vine hoy [por ayer]».

CARMELA QUEIJEIRO

A los boirenses Uxía Tubío, Iria Vázquez, y los hermanos Yago y Hugo Herbón les avisaron para recibir el primer pinchazo justo cuando iniciaron sus clases en la universidad, así que aprovecharon la jornada de ayer para poder inmunizarse.

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También lo hizo Abdel Moutalih que lleva dos años viviendo en Palmeira, pero está empadronado en Santiago, así que a principios de julio lo citaron para acudir a la Cidade da Cultura. «Yo trabajo en hostelería, y ese fin de semana tuvimos mucha gente y no podía irme hasta allí. Me cansé de llamar para que me dieran otra cita, pero no llegó», apuntó antes de recibir la primera dosis de Pfizer.

CARMELA QUEIJEIRO

Hace casi dos meses la familia formada por David Ardila y Carmen Julia Dosil, y sus hijos David Ignacio, Carlos Elías y Anais Cristina abandonaron su país y se vinieron a vivir a Boiro, donde tenían familia y un nuevo futuro más prometedor. La tramitación de todos los nuevos documentos de identidad y sanitarios impidieron que los pudiesen citar para poder inmunizarse, así que ayer acudieron al hospital de Barbanza. «Vacunarse en Venezuela es imposible y aquí ha surgido esta gran oportunidad. Cuando en Madrid empezaron a vacunar sin cita, sabíamos que pronto iba a llegar aquí», explica Ardila.

Gracias a que él también tiene la nacionalidad colombiana, pudo viajar a ese país y recibir la fórmula china, pero su mujer y sus hijos no. Reconoce que la mayoría de la población venezolana está sin inmunizar, «porque empezaron poniendo la primera dosis de la vacuna soviética, pero la segunda nunca llegó. Hay alguna gente que consigue que le ponga la china, pero la mayoría no tiene acceso a ninguna», lamenta el nuevo vecino boirense.

La incidencia acumulada (IA) son los casos que hay por cada 100.000 habitantes y se calcula cada 7 y 14 días
La incidencia acumulada (IA) son los casos que hay por cada 100.000 habitantes y se calcula cada 7 y 14 días

Suben los casos en Boiro y A Pobra

La quinta ola de covid parece que no quiere abandonar todavía Barbanza y, si el viernes se notificaba un pequeño repunte en Porto do Son, ayer fue en Boiro y A Pobra, que suman diez contagiados en la última semana en ambos municipios. La buena noticia es que en Ribeira ya se ha bajado de la barrera de los nueve afectados en siete días, y continúa por la buena senda, al igual que Muros, único concello de la comarca que se encuentra en el nivel medio de restricciones.