Asier Martís: El donostiarra con raíces en A Pobra que capta con su pincel el día a día

Aldara Suárez / M. X. B. RIBEIRA / LA VOZ

BARBANZA

CARMELA QUEIJEIRO

Muestra en el bar Amanitas una colección de cuadros hasta el 15 de agosto

28 jul 2021 . Actualizado a las 09:15 h.

A Pobra do Caramiñal cuenta esta temporada con un atractivo de carácter artístico, una exposición de Asier Martís Garciae, un donostiarra de 26 años. La colección de pintura está formada, como bien apunta el autor, por «cinco o seis cuadros de gente trabajando en la seca, un par de retratos de mi tía y de un amigo íntimo de mis padres. También hay un paisaje del pueblo. El resto son bodegones, como botas y camisas. Me gusta representar y experimentar con cosas humildes del día a día». Es posible visitarla en el bar Amanitas hasta el 15 de agosto.

La decisión de exhibir en este municipio está principalmente motivada porque su padre y parte de su familia son de A Pobra, por lo que siente un fuerte vínculo con esta villa barbanzana.

Formado en el grado de Bellas Artes, con máster en pintura y también en profesorado, el artista afirma que lleva dibujando toda la vida y pintando desde los 12 años. Pero, a partir de entonces, Asier Martís se ha instruido artísticamente desde diferentes frentes: «Tengo también un curso de retrato que hice el año pasado en Barcelona y luego el resto fue gracias a los profesores de la universidad, especialmente a dos con los que mantuve una buena relación. Lo sobrante, digamos que es por las escuelas de dibujo del barrio. Poco a poco me he ido formando, de una manera en la que se puede educar cualquier aficionado al dibujo o la pintura».

Cuando pinta, el artista tiende a no fijarse tiempos o metas: «Cuando me pongo algún límite, me empiezan a salir mal los cuadros. Lo que intento es pintar todos los días tres o cuatro horas de forma tranquila, a mi ritmo. En cambio, si tengo la cabeza pensando en que debo hacer un cuadro para el día siguiente, no me sale. Me meto presión y me atasco».

Aprendizaje continuo

Pese a que ya tiene una dilatada trayectoria a sus espaldas, admite que todavía se sigue formando: «Mi plan para el futuro de cara a la pintura es ir mejorando poco a poco. Por ejemplo, a los paisajes no les he cogido el gusto de todo, pero gradualmente quiero trabajarlos para sentirme más cómodo a la hora de hacerlos. De niño sí que hacía muchos paisajes, pero después, con el tiempo, los dejé de lado».

Especializado en pintar retratos y bodegones, el donostiarra entiende la pintura de una forma muy personal: «No tienes por qué estar pintando algo. La pintura es la mancha y el color, y con ellos puedes llegar a hacer muchas formas, desde algo abstracto a algo concreto, como una camisa o un pantalón. Yo entiendo la pintura como coger la base y a partir de ahí, hacer lo que se pueda».

El joven artista disfruta de exponer y de poder hacerlo en la tierra de su padre, donde también residen algunos familiares: «Al hacer la mayor parte de las cosas en Donostia, solo les puedo enseñar los cuadros mediante fotos, pero no es lo mismo. La pintura hay que verla en directo y sentir su reacción». Pese a ello, admite que mostrar su obra no le resulta nada fácil: «Los días previos a una exposición estoy muy nervioso. Siento que no me gusta nada de lo que hago y lo paso bastante mal. A la hora de colocar los cuadros siento como mariposas en el estómago, una sensación muy extraña. Después, cuando la primera persona te viene y te dice lo que piensa de la pintura ya empiezas a calmarte y a sentirte mucho más a gusto con lo que has hecho. Pasas de estar nervioso a estar tranquilo y seguro de lo que has hecho». Asier Martís reconoce que eso es lo bonito de exponer.

FICHA

Profesión. Actualmente imparte clases particulares, al tiempo que realiza retratos y cuadros por encargo.

Accidente. Hace unos meses sufrió una lesión ocular que lo alejó de su vocación durante un tiempo.

Motivación. Su principal objetivo es hacer sentir orgullosos a sus padres, mejorando poco a poco.