Un soñador sobre las canchas de fútbol sala

Aldara suárez / M. X. B. RIBEIRA / LA VOZ

BARBANZA

Cedida

El noiés José Fernando Filgueira afronta su quinta etapa como segundo entrenador del Peñíscola, el equipo que lo ha visto crecer

18 jul 2021 . Actualizado a las 05:00 h.

El fútbol siempre ha sido fundamental en la vida de José Fernando Filgueira, conocido también como Gallego. Nacido en Noia en 1979, empezó a darle patadas a un balón con tan solo cuatro años: «Mi madre me contó que desde bien pequeño me interesaba este deporte». Fue lejos de Barbanza, en tierras valencianas, donde desarrolló su vida personal y su carrera profesional. Nada más llegar a la comunidad, fichó por el equipo de balompié de Castellón, en el que pasaría un tiempo, hasta que a partir de los 20 años dedicaría por completo su atención al fútbol sala, disciplina con la que vio cumplido el sueño de estar en la división de honor.

José Fernando empezó desde las bases y fue subiendo poco a poco, con esfuerzo y dedicación. Su principal motivación, como él mismo apunta, era «poder estar en Primera División, aunque como jugador, solo llegué hasta Segunda». Este deseo pudo ser cumplido cuando consiguió hacerse segundo entrenador del equipo de Peñíscola, que para él, «fue todo un orgullo, me sentí muy contento de poder mejorar y ver crecer al club».

De jugador a preparador

Cuando dejó las canchas y se sentó al banquillo como adiestrador, comenzó su aventura recorriendo diversos clubes. Uno de los primeros sería un pequeño grupo de Vinaroz, el que acabaría abandonando para pasar al cuerpo técnico de Primera División del Peñíscola. Allí estuvo año y medio, antes de fichar por el Murcia, donde se asentaría durante doce meses, llevando las escuelas deportivas del club y el equipo de Tercera División.

Antes de volver al Peñíscola para formar otra vez parte del cuerpo técnico de Primera División, estuvo en el Segorbe durante casi dos años, entrenando al equipo de Segunda División B. Desde hace cinco años, está dentro de la plantilla del equipo peñiscolano, siendo el segundo instructor del cuerpo técnico.

El noiés apunta que «siendo entrenador es la forma en la que más unido puedes estar al fútbol sala sin ser jugador. Esa fue una de las cosas que más me motivó a ser preparador». Además, siempre ha disfrutado formando y enseñando a otros: «Me gusta adiestrar desde las bases hasta las élites. Me agrada formar a los niños de forma divertida, permitiendo que aprendan de un modo ameno, viendo su crecimiento, que es lo que más me atrae. Y bueno, dentro de las élites, me fascina poder competir y ver como el equipo mejora».

Filgueira se muestra reflexivo a la hora de analizar sus próximos objetivos, pero como él bien expone, «quiero poder ser el primer entrenador del Peñíscola y estar sentado en el banquillo, tener esa oportunidad, para demostrármelo a mí mismo y cumplir un sueño». También confiesa que «disfrutaría entrenando alguna vez en Galicia. Mis padres son muy de ahí, y creo que les gustaría que lo hiciera en nuestra tierra».

Tal y como él mismo confesó, lo que más le gusta del equipo de Peñíscola es que «es muy familiar, porque aunque sean profesionales y haya cambiado la estructura, es todo muy cercano. La directiva es casi la misma desde que empezaron, y todos se preocupan por los demás».

Faceta de formador

Actualmente, el noiés también imparte cursos, con los que quiere poder ayudar a mejorar a otros entrenadores que están empezando. «Son sesiones académicas, incluidas en el grado medio, con los dos primeros niveles, y el grado superior, formado por el tercero y último nivel. Los conocimientos que se aportan son diversos y tienen muchas materias, pero yo me dedico solamente al fútbol sala», explica.

Uno de los sentimientos que recuerda con más cariño es cuando el Peñíscola subió a Primera División: «En el pueblo había mucha alegría. Me acuerdo de ir en un tren recorriendo las calles y celebrando la victoria, todo fue muy emocionante». Otra instantánea regresa del pasado para despertarle una sonrisa: «Cuando nos clasificamos para la Copa de España, me emocioné mucho, porque fue algo muy importante, fueron unos días muy bonitos».

José Fernando tiene como reto volver a subir a Primera con el Peñíscola, mejorando poco a poco y disfrutando de cada victoria, rodeado de un pueblo que le dio una cálida bienvenida: «Me siento muy cómodo aquí. Todos me acogieron como uno más».