Chamaquito Pistolas: El sastre de las partituras que se ofrece para confeccionar canciones a medida

María Xosé Blanco Giráldez
M. X. Blanco RIBEIRA

BARBANZA

cedida

Convierte cualquier historia en una composición con música y letra exclusivas

17 jun 2021 . Actualizado a las 05:00 h.

¿Quiere dedicarle una canción a esa persona especial, ponerle música a una celebración, inmortalizar una historia convirtiéndola en melodía...? Todo eso y mucho más es posible con solo contactar con Fernando Pérez, más conocido como Chamaquito Pistolas, un músico de Ribeira que, además de atesorar una dilatada carrera en solitario, ha recorrido los escenarios con bandas como A Compañía do Ruído, Os Chiquilicuatres y O Ollomol. Ahora se convierte en sastre de las partituras para componer bandas sonoras a medida.

Explica que cualquier historia puede ser el punto de partida de una canción y reconoce que los encargos tienen que ver normalmente con una celebración o con una dedicatoria especial: «O outro día compuxen un tema para uns rapaces que lle querían agradecer ao profesor que estivera pendente deles durante o encerro, a través das clases telemáticas». El artista señala que fue precisamente ese período de confinamiento el que encaminó sus pasos hacia esta faceta de compositor por encargo: «Xa levaba dous ou tres anos creando cancións personalizadas e escribindo letras para outros, así que agora que case non hai concertos, decidín explotar esa vía».

Lo único que necesita Chamaquito para culminar con éxito los encargos que le son asignados es disponer de los máximos detalles posibles sobre esa historia susceptible de ser convertida en canción. A partir de ahí, crea cada melodía desde cero: «Non emprego bases de outras cancións, tanto a letra, como a música e os arranxos, son exclusivos».

Ya han sido varios los retos musicales que ha afrontado el ribeirense. Entre los más curiosos, una letra sobre un pueblo en el que estaba a punto de suceder un acontecimiento importante y, entre los que más huella dejaron en él, una madre ansiosa por dedicarle una melodía a su hija recién nacida. Temas para cumpleaños, bodas y despedidas de soltero fueron las encomiendas más habituales.

Sin prisas

De momento, ningún encargo le ha resultado especialmente complicado, aunque Fernando Pérez admite que el resultado depende en gran medida de los datos que facilite el contratante: «Nada é imposible, pero está claro que canto máis se abra e máis emoción lle poña a persoa que conta a historia, máis doada é a composición». Lo que no le gustan son los plazos que ponen límite a su capacidad creativa: «Hai empresas que ofrecen compoñer cancións nunha semana, pero a min iso paréceme precipitado. Eu prefiro traballar ben as letras, pararme o tempo que faga falla».

Confiesa que, lo más complicado a la hora de enfrentarse a una partitura en blanco, es no pecar de sentimental: «Ás veces resulta difícil ser capaz de darlle o meu estilo a temas que eu ao mellor non trataría. Levar esas historias ao meu terreo é para min un reto». Como Chamaquito Pistolas, a él le gusta abordar en sus melodías su visión del mundo, analizar los comportamientos humanos o ensalzar historias que personas que viven a su manera.

Mientras ejerce de sastre de las partituras, seguirá con sus composiciones propias, aunque admite que ya antes de la irrupción del covid tenía ganas de soltar el pie del acelerador en lo que a su apretada agenda de actuaciones se refiere, aunque ahora las empiece a echar en falta: «O principal problema é que non resulta rendible organizar un concerto tendo en conta os límites de aforo que hai que cumprir».

Sobre el futuro de la música, condicionado a la evolución de la pandemia, Fernando Pérez se muestra optimista: «Penso que nuns meses volveremos á normalidade e lembraremos esta tempada como un pesadelo. Para o ano estaremos gozando dos concertos como antes».