El plan rector del parque natural de Corrubedo prevé inversiones por 6,5 millones en diez años

Marta Gómez Regenjo
M. Gómez RIBEIRA

BARBANZA

CARMELA QUEIJEIRO

El Consello da Xunta acaba de dar luz verde al documento

26 may 2021 . Actualizado a las 20:27 h.

Como estaba previsto, el Consello da Xunta dio luz verde en su última reunión al plan rector de usos y gestión (PRUX) del parque natural de Corrubedo y lagunas de Carregal y Vixán, un documento que, además de ser una herramienta para garantizar la conservación de los recursos que atesora el entorno, también lleva aparejada una inversión de 6,5 millones de euros en los próximos diez años.

Esta cantidad está destinada a financiar un programa de actuaciones establecido en el plan con la finalidad de conocer, mantener y mejorar los valores naturales y componentes ecológicos valiosos del parque natural. Así, en la próxima década está previsto desarrollar acciones de conservación de la biodiversidad, el paisaje y el patrimonio cultural; estudios de seguimiento de la flora y la fauna; iniciativas informativas y de divulgación y mantenimiento de infraestructuras e instalaciones.

Con el visto bueno por parte del Consello da Xunta, el de Corrubedo se convierte en el quinto parque natural gallego en contar con un plan de gestión de estas características.

Largo proceso

Para llegar hasta este punto, el PRUX ha superado un largo proceso, desde el visto bueno de la junta rectora del parque natural hasta su exposición para consulta pública. El documento encontró en ese momento el rechazo de los vecinos de Olveira, Corrubedo y Artes y se presentaron numerosas alegaciones que han sido resueltas, en su mayor parte, de forma favorable. Fuentes de la consellería cifraron en un 92 % las aportaciones realizadas por ciudadanos e instituciones que fueron aceptadas total o parcialmente por la Dirección Xeral de Patrimonio Natural.

La función de este documento es fijar medidas de gestión para compatibilizar los usos del enclave con su conservación. Para ello, el parque natural está dividido en tres zonas: la de uso limitado, que comprende áreas con valores naturales excepcionales que requieren mayor protección, como la gran duna móvil o el área de lagunas y marismas; la de uso compatible, que incluye hábitats prioritarios o de interés comunitario, entre los que se encuentran zonas de elevada demanda de uso público como las playas y las áreas de paisaje agrario y cultivos forestales; y la de uso general, que abarca terrenos desnaturalizados por la actividad humana.