El sueño del boirense Jesús Alonso Fernández

Ramón Ares Noal
Moncho Ares BARLOVENTO

BARBANZA

MARCOS CREO

16 may 2021 . Actualizado a las 11:48 h.

Los vi con el telón de fondo de la oscura columna de humo negro. El escenario era fúnebre, de silencio y congoja, muy distinto al de las fiestas navideñas, llenas de bullicio y alegría. Pero eran los mismos ojos brillantes y la piel de gallina. A pesar de que se trataba de escenarios opuestos, convergían en un festival de sensaciones enfrentadas: desgracia y felicidad, preocupación y esperanza, ojeadas que buscan explicación y miradas cómplices.

El infausto 8 de mayo del 2021, día en el que un incendio amenazó con reducir a cenizas el sueño hecho realidad por el boirense Jesús Alonso Fernández, se propagaron por las redes miles de misivas con el mensaje común «todos somos Jealsa», frase cierta que engloba una realidad que ha sido refrendada a lo largo de toda la semana con la visita de los máximos representantes políticos de Galicia y las adhesiones de todos los colores, sin excepción.

En pleno suceso, las miradas de la calle se dirigían al otro lado del monte de Vista Alegre, y las reacciones eran de sorpresa, preocupación y tristeza, influidas sin duda por episodios anteriores de triste recuerdo, pero de posterior ejemplo de recuperación. Ni el viento cómplice consolaba a todo un pueblo en vilo, que en la amargura incendiaria se preguntaba por el futuro inmediato, económico y social, lo que no hacía más que refrendar lo acertado de la frase «todos somos Jealsa», o «Jealsa somos todos».

Observando de cara en cara, de mirada en mirada, de expresión en expresión fue fácil medir la importancia que para cada rostro tenía el sueño de Jesús Alonso que poco a poco consumía el fuego. Y esta, a juicio sensato, no era menos que la que, cada fiesta navideña de la empresa, evidencia el personal cuando el fundador, cogido del brazo de su inseparable esposa, Pura Escurís, y seguido por sus hijos, parejas de estos y nietos, entra en el recinto y todo el mundo se levanta y empieza a aplaudir y a proferir mensajes de apoyo al jefe.

Y Boiro hizo lo mismo aún cuando los equipos de extinción trabajaban sin descanso para frenar las llamas: se levantó para profesar respeto, admiración y cariño hacia la obra de Jesús Alonso y hacia la propia familia, dando ánimos para tratar de insuflar aliento con el fin de revertir el infortunio y transformarlo en fortaleza marcando otro punto de inflexión que lleve a la compañía a sus más altas cotas de eficacia y crecimiento.

Ventura Ruiz dejó escrito que «la desgracia es capaz de abrir los ojos hasta a los ciegos. Es una maestra que sabe mucho y una amiga que no engaña». Y muchos descubrieron el 8 de mayo del 2021 que «Jealsa somos todos», incluso quienes no lo creían, porque Jealsa no solo es la empresa, el empleo directo y el indirecto, los millones de latas que llevan el nombre de Boiro por el mundo entero, la publicidad, los patrocinios y esponsorizaciones de todo tipo de entidades que difícilmente subsistirían sin ese apoyo, la filantropía de sus propietarios, las aportaciones a entidades benéficas, la colaboración con colectivos sociales, la apuesta por abrir el mundo laboral a personas con diversidad funcional, ese empeño de no renunciar a sus raíces y sentirse orgullosa de ser de Boiro... está también en algo intangible pero perceptible, como es el bienestar y la convivencia, lo que alcanza a todos, incluso a ti, que nunca te habías parado a pensarlo hasta que la desgracia te abrió los ojos.