«A situación na hostalaría xa non era boa, pero agora estamos peor»

Ana Lorenzo Fernández
ana lorenzo RIBEIRA / LA VOZ

BARBANZA

Lito Rial se ha visto obligado a cerrar su restaurante un mes después de reabrirlo
Lito Rial se ha visto obligado a cerrar su restaurante un mes después de reabrirlo CARMELA QUEIJEIRO

La resignación se ha apoderado de los vecinos de A Pobra, que confían en que pronto se levanten las máximas restricciones

09 abr 2021 . Actualizado a las 05:00 h.

Fue el pasado 26 de febrero cuando la hostelería de A Pobra reabría sus puertas tras más de un mes con la verja bajada. Todos confiaban en que esta vez sería la última que el candado estaría mucho tiempo sin abrirse, pero no ha sido así. El preocupante ritmo de contagios registrado en la última semana llevó a Sanidade a imponer las máximas restricciones en la villa pobrense, que implican que no está permitido salir o entrar en el municipio sin motivo justificado, además de cerrar todos los bares, cafeterías y restaurantes, y prohibir las reuniones de no convivientes.

«A situación na hostalaría xa non era boa, pero agora estamos peor», afirma resignado Lito Rial gerente de A Batea do Castelo, un local que volvió a abrir sus puertas en marzo después de que un incendio calcinase la cocina y afectase a toda la planta superior. Reconoce que con las limitaciones por el covid no se podía trabajar bien, «pero polo menos podías ir tirando, sobre todo coas comidas dos sábados e domingos, porque polas noites xa nada. O peor era que non te podías organizar, porque a nivel de mercancía e persoal non sabías como ía a funcionar a semana. Xusto agora que comezamos a coller ritmo, chega isto». Rial señala que, por el momento, cerrará el negocio a la espera de que se levanten las restricciones, aunque también cocinará algún plato si hay clientes que se lo demanden.

Javier Sobrido mantendrá abierto su negocio para dar comida para llevar y entregas a domicilio
Javier Sobrido mantendrá abierto su negocio para dar comida para llevar y entregas a domicilio CARMELA QUEIJEIRO

Por su parte, Javier Sobrido, ha optado por mantener abiertas las puertas de su local -London- en el que se puede recoger comida y bebida para llevar o encargar para que se le sirva a domicilio. Explica que estos servicios le funcionaron muy bien durante el último semiconfinamiento y que seguirá apostando por ellos. «Entre los cafés de la mañana y los pedidos para comer y cenar vamos tirando. Al estar todo cerrado, por la semana tenemos a muchos obreros que nos piden bocadillos al mediodía, y los fines de semana estamos teniendo bastantes clientes», apunta el pobrense, que junto a su padre se encarga de repartir las comandas por las casas del municipio y de los concellos limítrofes.

Los más perjudicados

Sobrido considera que la situación en A Pobra es preocupante en estos momentos, pero que la hostelería ha sido el sector que ha salido peor parado desde que se inició la pandemia. «Esta situación es mala para todos, pero los locales hosteleros siempre somos los más castigados. Es verdad que es donde se hace más vida social, pero los contagios pueden estar en todos los sitios, los supermercados están llenos y no se dice nada», apunta el pobrense.

Sonia Godón afirma que el cierre de la hostelería perjudica a todo el concello
Sonia Godón afirma que el cierre de la hostelería perjudica a todo el concello CARMELA QUEIJEIRO

El cierre de la hostelería también conlleva perjuicios para todo el concello, como explica Sonia Godón, que regenta la mercería Pizpireta: «Ahora mismo era necesario cerrar por la situación en la que estamos, pero lo vamos a notar todos. Ya cuando solo estaban abiertos hasta las seis no venía nadie a partir de esa hora».

La comerciante destaca que si le va bien a un sector le va bien a otro y confía en que la situación mejore para que, cuanto antes, se levanten las restricciones. «El problema está en que los casos están creciendo en Boiro y Ribeira, y esperemos que no acaben cerrando también allí y esto se alargue como ya pasó de la otra vez», confía Sonia Godón.