¿Qué convierte la senda noiesa del Tambre en una trampa mortal?

María Xosé Blanco Giráldez
m. x. blanco RIBEIRA / LA VOZ

BARBANZA

cedida

Un vecino de Santiago esquivó la muerte en el mismo punto en el que hace un mes perdía la vida María José Arufe

06 abr 2021 . Actualizado a las 15:30 h.

Cuando solo habían pasado cuatro semanas del fallecimiento de la noiesa María José Arufe tras resbalar mientras caminaba a orillas del Tambre y caía por un barranco de unos nueve metros, este punto considerado negro desde hace tiempo por los equipos de emergencias volvía a ser escenario el sábado de un nuevo y grave accidente. La misma piedra, el mismo desnivel, pero por fortuna, distinto desenlace. La víctima, un vecino de Santiago, conseguía en esta ocasión esquivar a la muerte, dejando en el aire una pregunta: ¿Qué convierte este lugar conocido como la Devesa de Nimo en una trampa?

Javier Lorenzo, del grupo de emergencias de Noia, participó en estos dos rescates y en otros que se registraron en la zona con antelación. Él tiene claros los motivos de la peligrosidad de este tramo: «O primeiro e máis importante é que non se trata dunha senda acondicionada para camiñar. A ruta que está preparada e sinalizada remata antes, pero a xente segue, porque é unha zona tranquila e bonita». Añade que el punto justo de los accidentes es muy sombrío, lo que provoca que durante el invierno surja un resbaladizo verdín que hasta bien entrado el verano no suele desaparecer. Todo ello, sumado a la proximidad del recorrido que usan los visitantes con un gran desnivel, convierte este camino en lo que el profesional califica de «perigosa trampa».

Javier Lorenzo tiene claro que fueron la fortuna que tuvo en la caída y el bajo caudal del río debido a la ausencia de lluvias durante las últimas jornadas los que salvaron la vida al compostelano: «Primeiro caeu de costas e despois golpeouse a cabeza, probablemente polo lado da cara. Se o primeiro impacto fora coa zona cranial case seguro que non o contaba. Tamén lle axudou non acabar coa cara dentro dunha poza, como lle ocorrera a María José Arufe, porque nesta ocasión había menos auga».

Un rescate de tres horas

La suerte también fue una aliada para el amplio dispositivo de rescate que se montó, según explica Lorenzo, a la que sumaron la experiencia adquirida en el suceso ocurrido el mes pasado y el reciente cambio de hora, que propició más tiempo de luz. Aún así, fue un operativo que se complicó por la imposibilidad de que un helicóptero accediera al lugar.

Junto al GES de Noia participaron el de Brión, bomberos de Boiro y agentes de la Guardia Civil. En total, fueron ocho las personas que portearon al herido desde el fondo del barranco hasta el lugar en el que esperaba la ambulancia, junto a un refugio de pescadores, operación que se prolongó durante tres horas, y en la que colaboraron varios particulares que se concentraron en el lugar. «Pode que sexa difícil de imaxinar, pero é un lugar complicadísimo, un desnivel no que hai que ir sorteando pedras e árbores cunha persoa que foi inmobilizada e tratada coma un lesionado medular polo golpe nas costas».

Para Javier Lorenzo es fundamental evitar futuros accidentes, algo que para el alcalde de Noia, Santiago Freire, pasa porque la gente entienda que el tramo en cuestión no es una ruta habilitada para el senderismo: «Aqueles que transitan por zonas deste tipo, con importantes desniveis ou que non reúnen as condicións de seguridade, teñen que extremar as precaucións e evitar riscos innecesarios». Sobre la posibilidad de prohibir el paso, el regidor considera que es inviable, puesto que se trata de una zona de servidumbre empleada tradicionalmente por los pescadores. Sí apuntó que el Concello reforzará la señalización para alertar de la peligrosidad que entraña este tramo.