Jéssica Rial, investigadora de la UDC: «El 35 % de los escolares gallegos sufren sobrepeso y obesidad»

Solo hay que escribir el nombre de Jéssica Rial (A Pobra, 1993) en la hemeroteca de La Voz de Galicia para comprobar que fue «monaguillo antes que fraile». Corredora de velocidad, hoy ve los toros desde la barrera. Ha dado el salto a la investigación, al estudio de por qué el cuerpo humano funciona como lo hace. Por qué un entrenamiento te lleva a puntos de exigencia y rendimiento que otro no lo haría. Reconoce que su sueño es llegar a ser docente universitaria. Y escuchándola queda claro que terminará lográndolo. Después de romper los cronos, ahora participa en una carrera de fondo.

-¿Tenía claro que llegaría a ser doctora e investigadora?

-No lo tenía claro al 100 %, pero siempre me gustó analizar los ránkings, hacer estadísticas, valorar los posibles ganadores de los campeonatos. Me gustaba estar siempre con los números. Quizás entre eso y que estaba loca por el atletismo, cuando entré en la carrera vi que una opción que me gustaba mucho era la docencia. Hice el máster en investigación. Comencé a ir al laboratorio y a manipular aparatos y a gente. Veía que las cosas que había estudiado pasaban en realidad. Me despertó muchísimo la curiosidad y tuve claro que iba a tirar para adelante con la tesis.

-¿Sobre qué trató?

-Mi línea de investigación era la fuerza y la salud, aunque yo siempre fui más de deporte de rendimiento. Analicé los cambios que sufrían las personas con diferentes programas de entrenamiento. Vimos que manipulando una sola variable podíamos mejorar mucho, produciéndole a la persona menor fatiga y mejores resultados tanto a nivel cardíaco como metabólico. Incluso con personas con patologías. Estuvo muy chulo.

-Creo que le fue bien. ¿Qué nota sacó?

-Sobresaliente cum laude. Estuvo muy bien, fue un proceso muy bonito. Me costó prepararlo para exponerlo. Como hice la tesis internacional tuve que defenderla en inglés con un tribunal de Brasil, Granada y de Galicia. Llevaba tres años trabajando y exponerlo me impactaba un poco, pero estuvo muy bien.

-¿Y ahora con qué está?

-Estoy en un proceso de transición. Durante el período de la tesis fuimos contratados por la cátedra de la Secretaría Xeral para o Deporte para hacer estudios sobre la condición física de los escolares. Vimos cosas como que el 35 % de los escolares gallegos sufren sobrepeso y obesidad, y además había una baja condición cardiorrespiratoria. Lo publicamos en una revista suiza de impacto y ahora seguimos investigando la influencia que tuvo el covid en ellos para ver cómo les ha afectado. Tengo otro frente personal y profesional con mi grupo de investigación, así como con uno de los profesores que nos ayudó en la tesis. Creamos una clínica de medicina deportiva y hacemos pruebas y proporcionamos entrenamiento a corredores, ciclistas y opositores. Es también la manera de plasmar en un entrenamiento real todo lo que vemos en el laboratorio. Estamos trabajando con bomberos y vemos que sí funciona. Están pasando las pruebas físicas sin tanta fatiga. Queremos que lleguen a la prueba, que no se lesionen antes.

-No para, como cuando entrenaba en A Alta.

-Mi sueño es ser docente e investigadora en la universidad. En la última convocatoria para una plaza quedé de décima. Me falta un poco de currículo y experiencia. Tengo que seguir formándome, publicar artículos científicos, participar en proyectos e ir a congresos. Tuve ofertas de dos universidades, una en Luxemburgo y otra en Chile. Tengo que valorarlo. Pero soy muy de mi entorno y me condicionada mucho. Pero nunca se sabe. Una época fuera te ayuda a venir con muchas cosas en la mochila. También contactó conmigo una empresa privada y es algo a pensar.

-Lo que está claro es que el deporte se profesionaliza cada vez más.

-Creo que nos permite trabajar de forma más eficiente. En la clínica lo vemos. Cada vez viene gente que es menos profesional del deporte, pero que quiere saber cómo hacer las cosas bien. La gente está más concienciada. Y los clubes también buscan más investigadores. Al final, el entrenador es el que tiene la última palabra, pero nosotros le podemos ayudar mucho.

-¿Y sigue compitiendo?

-Desde el 2019 dejé la práctica deportiva competitiva. Entre lesiones e inseguridades tomé esa decisión. Eso sí, entreno prácticamente todos los días una hora u hora y media. Soy consciente de lo importante que es el deporte para la salud y yo no aguanto dos días sin correr. No lo hago con la disciplina que lo hacía antes, pero sí sigo ahí. Por la pista me ven igual.

Otros datos

El equipo. Rial forma parte del equipo de investigación Performance and Health Group, de la UDC

La clínica. Efisaude es el centro de A Coruña en el que ejerce como investigadora.

París. La pobrense trabajó en el Instituto Nacional del Deportes de Francia.

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