El Rotogal Boiro volvió a ahogarse en la orilla y da vida al Textil Santanderina

S. Gómez RIBEIRA / LA VOZ

BARBANZA

MARCOS CREO

Los boirenses se juegan este lunes la permanencia en A Cachada contra el Almoradí

06 mar 2021 . Actualizado a las 22:08 h.

Todavía sigue dependiendo de sí mismo, pero el Rotogal Boiro comienza a hacer equilibrismos con una red de seguridad que se deshilacha poco a poco. Contra el Textil Santanderina, e igual que le ocurrió ante Palma y Teruel, el bloque de A Cachada hizo lo más duro. Peleó contra la marea, para terminar ahogándose en la orilla del tie break y ceder el duelo por 3-2 (25-21, 32-34, 23-25, 25-19, 17-15). El choque de lunes contra el Almoradí se antoja determinante. Si gana, el Rotogal habrá cerrado su continuidad en la Superliga. De no hacerlo, se lo jugará todo a una carta frente al Emevé.

Lo que ocurrió en el pabellón municipal de Cabezón de la Sal, en Cantabria, fue otro encuentro de máxima exigencia. Ambos equipos gozaron de minutos excelentes. Golpearon y recibieron. Se zarandearon a punto de caer en la lona y se rehicieron para llegar a un tie break que sonrío, de nuevo, al rival de los barbanzanos.

Lo cierto es que el Rotogal no arrancó con buen pie. Los errores y las dudas marcaron la primera manga, en la que el Textil Santanderina demostró que se jugaba el cuello frente a los gallegos. Con el 21-17, dieron el golpe definitivo y los errores de los de Palacio le entregaron el punto con el 25-21 final. El segundo set ya fue otro cantar. El bloque de A Cachada arrancó con otra cara, dejando claro con un 0-5 que no iban a entregar su piel demasiado fácil.

Reacción local

Pero ni con el Rotogal jugando su mejor voleibol se achicó el Textil, que se acercó a los visitantes al final de set. Perdonó sobremanera el bloque de Palacio. En algunas ocasiones por los fallos propios, en otras, por aciertos de unos locales que defendieron como jabatos. Pero ni así pudieron detener a los visitantes, que igualaron el duelo con el 32-34.

Y si el segundo set fue toda una batalla, en el tercero bajó la tensión, pero no la intensidad. Los dos equipos se tantearon minuciosamente y no dejaron que el otro se escapase. Si el Rotogal sumó el punto fue por los soberbios minutos de Bitar, que repartió juego para que varios cañonazos de Moreno les permitieran cerrar el set con el 23-25.

Con el 1-2 el Rotogal bajó una marcha. Quizás inconscientemente al saber que por lo menos regresaría a casa con un punto en su casillero. Pero no quedó ahí el encuentro. El bloque local lo aprovechó y a partir del 17-17 del cuarto set comenzó a destrozar a los gallegos. Cuatro puntos seguidos de los cántabros enviaron el duelo al tie break, donde de nuevo salió cruz para los barbanzanos con el 17-15 final.

La siguiente parada en la búsqueda de la salvación queda para lunes, a las 19.00 horas, en A Cachada. El rival será un Voleibol Almoradí que llega colista. Delante estará un Rotogal que con su público y con el aliento de su gente, tendrá la oportunidad de seguir un año más en Superliga. Hacer historia. Es eso, o complicarse de nuevo la vida.