Las mascarillas ganan terreno en entornos naturales de Barbanza

Marta Gómez Regenjo
M. Gómez RIBEIRA

BARBANZA

REGENJO

La aparición de tapabocas tirados por la calle se está haciendo habitual

16 feb 2021 . Actualizado a las 05:00 h.

A medida que el uso de mascarillas se ha generalizado, estos elementos de protección también han comenzado a ocupar espacios en los que no deberían estar y últimamente, con la tregua que ha dado la lluvia en los dos últimos días, se ha visto que están ganando terreno en entornos naturales de Barbanza.

Al principio de la pandemia, cuando las máscaras de protección no eran obligatorias, eran los guantes, que se agotaron en tiendas y farmacias, la principal preocupación de los servicios de limpieza municipales al aparecer desperdigados, sobre todo, en el entorno de supermercados y áreas comerciales. Superada esa fase, ahora son las mascarillas las que se están convirtiendo en un problema, ya no solo para la gestión de residuos, sino también para el medio ambiente.

La aparición de tapabocas tirados por la calle se está haciendo habitual, como reconocen en concellos como el de Boiro, donde indican que, aunque no haya un volumen demasiado importante, sí se percibe un incremento en la recogida de este tipo de elementos, sobre todo en vías urbanas y también en paseos. Son zonas en las que hay un mayor tránsito de personas y, por tanto, es más probable que alguna mascarilla acabe en el suelo.

Lugares insospechados

Con todo, estas piezas, convertidas ya en un complemento imprescindible, aparecen hasta en los lugares insospechados, desde playas como la rianxeira de Tanxil a senderos, como apuntaba el regidor sonense, Luis Oujo: «Si que hai un problema grande coas máscaras, non é que se localicen nun punto concreto, se non que aparecen tiradas nos paseos, pola praia ou mesmo no monte».