Establecidas en Galicia 312 áreas de especial interés paisajístico, una en la sierra barbanzana

María Xosé Blanco Giráldez
m. x. blanco RIBEIRA / LA VOZ

BARBANZA

CARMELA QUEIJEIRO

Constituyen un conjunto de directrices que buscan erradicar los atentados en el entorno

11 feb 2021 . Actualizado a las 05:00 h.

Una serie de normas y recomendaciones que los concellos deberán tener en cuenta a partir de ahora cuando recurran a modificaciones de sus planes urbanísticos conforman las Directrices da Paisaxe, el documento que ayer fue presentado en Ribeira, primera parada de una serie de encuentros informativos que llegarán a todos los ayuntamientos gallegos. En dicho documento se recogen 312 áreas de especial interés paisajístico, una de las cuales está en la sierra barbanzana, concretamente en el punto de encuentro de los municipios de Ribeira, A Pobra y Porto do Son.

El nuevo instrumento de ordenación entrará en vigor el próximo día 20, con el fin de ponerle coto a los atentados paisajísticos. Así lo explicó el delegado territorial de la Xunta Gonzalo Trenor, para añadir después que es un paso más en el gran avance que experimentó Galicia en esta materia durante la última década.

Fue el director del Instituto de Estudo do Territorio, Francisco Barea, el que se encargó de desgranar las directrices, haciendo hincapié en la señalización de las áreas de especial interés, que suponen el 9 % del territorio gallego, y de las áreas de especial atención, puntos degradados en los que se recomienda a los concellos actuar. Entre estas últimas mencionó extensiones perjudicadas por incendios, franjas afectadas por líneas de alta tensión, puntos negros de los cascos urbanos o canteras e industrias que afean el entorno.

Como partes del documento que pueden despertar más controversia, Barea citó las referidas al sector eólico, pues se establecen las normas que deberán cumplir los nuevos parques, y las relativas a la reforestación. En este último caso, cuando se trate de áreas de especial interés paisajístico, la recomendación es sustituir por variedades autóctonas el eucalipto, cuya plantación no se permite en zonas en las que no existiera anteriormente.