La gran foto de la familia García Sampedro que el covid no dejará sacar

Carmen Fernández RIBEIRA / LA VOZ

BARBANZA

CARMELA QUEIJEIRO

Las restricciones obligan a estos ribeirenses a celebrar las Navidades separados

22 dic 2020 . Actualizado a las 05:00 h.

Para muchas familias, la Navidad es sinónimo de reunión, de sentarse todos a la mesa y compartir anécdotas, recordar lo bueno y lo malo del año y brindar por uno nuevo. Ahora toca adaptarse a la nueva realidad, en la que el coronavirus obliga a cambiar las celebraciones habituales. Ya no habrá reuniones de más de seis personas, ni será preciso hacer malabares para que todos entren en una mesa. Toca reinventarse y la familia ribeirense García Sampedro ya está en ello, aunque no es tarea fácil porque durante la celebración de Fin de Año llegaban a juntarse 28 personas. Ahora esa cifra se reducirá a los convivientes, que en algunos casos no superan los cuatro integrantes.

«Somos cinco hermanos, más sus correspondientes familias, además de nuestros padres. Este año cada uno lo celebraremos en nuestra casa», explica Pilar García Sampedro. En su caso disfrutará de las fiestas con su marido y dos de sus hijas, ya que la tercera no podrá pasar la Navidad en familia. «Seremos cuatro, porque la mayor está trabajando en Barcelona y no puede venir», señala García.

La entrada del 2021 no será la única celebración que cambiará para ellos, ya que en Nochebuena y Navidad se juntaban alrededor de 15 personas. «Es un año raro, pero hay que adaptarse. Hay que cumplir las normas», apunta Pili García. Su hija Belén echará en falta la compañía de sus tíos y primos, porque a lo largo del año son pocos los momentos que comparten juntos ya que no todos viven en el municipio. «Va a ser raro celebrarlo solo con mis padres y mi hermana. Cuando somos más nos ponemos al día entre todos y comentamos cómo fue el año», puntualiza.

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Reunión «online»

La parte positiva de esta situación es que, a pesar de la distancia y de celebrar las fiestas por separado, estarán conectados por videollamadas para mantener la esencia de sus reuniones. «Estamos trabajando en ello. Nos llamaremos por teléfono o de forma digital. Tenemos que ver cómo podremos hacerlo porque somos tantos que no cabríamos en una pantalla», comenta Pilar García.

No es el único proyecto en el que trabaja para que estas Navidades también sean especiales a su manera. Para darle un toque divertido y musical, Pilar García baraja la opción de ir a cantar villancicos a las casas de sus hermanos y sus padres. «Sería desde fuera, sin entrar en las viviendas y con la mascarilla puesta. Por hacer algo diferente manteniendo las medidas», cuenta.

Los que más notarán este cambio impuesto serán los cabezas de familia: Manolo García y Pilar Sampedro. Su casa era el centro de reunión familiar y en estas fechas se llenaba de gente, de anécdotas, de risas y de fotografías para el recuerdo. Sin embargo, esta vez pasarán solos las fiestas. «Tienen mucho miedo. Salen poco de casa porque no quieren exponerse a un contagio. Así que por su seguridad no iremos a comer ni a cenar con ellos», sostiene Pilar García.

Todos son conscientes del momento actual y priorizan la salud por encima de todo. «Esperemos que este año sea la excepción. Cuando se pueda ya se celebrará como siempre. Ahora hay cosas más importantes que eso», explica Pilar García.