Un Teruel intratable pasó el rodillo sobre el Rotogal Boiro en el pabellón de Los Planos
BARBANZA
El boirense Pablo Bugallo fue una pesadilla en la red para sus vecinos, a los que bloqueó en tres ocasiones para ayudar a su equipo a cerrar el partido por 3-0
28 nov 2020 . Actualizado a las 21:45 h.Un mundo. Eso fue lo que separó al Rotogal Boiro de un CV Teruel que comanda la Superliga por un motivo: es un equipo inabarcable, mayúsculo, que no da balón por perdido. Superarlo en España queda reservado para muy pocos y el conjunto de A Cachada lo padeció en sus carnes, en un pabellón de Los Planos que vio como su equipo vencía con contundencia por 3-0 (25-18, 25-16, 25-23).
Que el duelo no iba a ser sencillo para los de Emilio Palacio quedó claro desde el primer compás. El Teruel lo hizo todo perfecto. Cerró bien la red, sacó con certeza, luchó en defensa hasta salvar puntos inverosímiles y fue un cañón en ataque. Eso permitió que turolenses se escaparan a las primeras de cambio en el electrónico. Cada punto del Rotogal obligaba a los de Palacio a insistir hasta encontrar unas rendijas que no abundaron en la altísima muralla local. Ni Moreno ni Benavidez hallaron el camino que con tanta facilidad habían encontrado hasta la fecha.
Mismo guion
Con un abultado 25-18 se cerró el primer set, y el guion poco cambió en el segundo. El Teruel no aflojó ni un segundo, aupado sobre los hombros de Filip Gavenda, Thomas Ereu, Víctor Rodríguez y Pablo Bugallo. El boirense fue una pesadilla en la red para sus vecinos, a los que bloqueó en tres ocasiones para ayudar a cerrar el segundo set por 25-16.
Aunque no encontró su mejor juego, el Boiro demostró que en esta Superliga no está de paso y en el tercer set dio un paso al frente para salvar el orgullo que había exhibido en este arranque liguero. Fue la manga que más problemas le costó a un Teruel que, exceptuando la inexplicable derrota contra el Emevé, sigue intratable, demostrando que está como mínimo un escalón por encima del resto de equipos.