ERTE y cierres, la pandemia arruina a las agencias de viajes

Ana Gerpe Varela
A. Gerpe RIBEIRA / LA VOZ

BARBANZA

CARMELA QUEIJEIRO

Incluso las oficinas que trabajan con empresas han visto caer a la mitad la demanda

10 nov 2020 . Actualizado a las 05:00 h.

«Estamos con respiración asistida», afirma Javier Fontao, gerente de Viajes Fontao, con delegaciones en Ribeira, Boiro y Vigo. Mantiene abiertas las dos primeras, aunque la boirense solo media jornada, mientras que la de la ciudad olívica lleva meses inoperativa. Ni tan siquiera ha podido sacar a todos los trabajadores del ERTE y su voz denota preocupación por lo que se avecina: «Estamos dando de margen hasta el 31 de diciembre, si la evolución continúa igual, deberemos adoptar medidas drásticas». Regulaciones de empleo y cierres afectan a las agencias, arruinadas a causa de la pandemia. Fontao es rotundo al asegurar que «hay que proteger a los sectores afectados y garantizar unos ingresos mínimos. Nosotros ahora somos tres personas y no sacamos ni para cubrir costes».

No se trata solo de la práctica desaparición de los desplazamientos vacacionales, sino que el movimiento de trabajadores, otro de los nichos de mercado del sector, también está bajo mínimos. Precisamente, esta es una de las ramas de actividad en Viajes Fontao, pero su gerente indica: «Solo están viajando tripulaciones de barcos, y con muchas limitaciones porque la normativa cambia en cada país».

Intentando evitar el cierre, Eva Triñanes, responsable de Boiro Travel, comenta que «estamos facendo visitas para captar a clientes do ámbito laboral, pero resulta complicado». Otros han tirado la toalla, como el gerente de una agencia del casco urbano de A Pobra que prefiere no hablar de la situación, indicando solo que «hemos aplicado un cierre temporal hasta que esto cambie». Quien sí explica el crítico horizonte es el noiés Felipe Núñez, de Viajes Corredoira. Cerró el despacho la pasada semana, inicialmente hasta el 31 de enero, «que é ata cando temos aprobado o ERTE». Precisa que si después de esa fecha le obligan a abrir «levarannos ao peche definitivo, porque hai que pagar a seguridade social e o salario da empregada. De algún sitio temos que sacar os cartos para poder subsistir».

Aluvión de reclamaciones

La muradana Olga Lestón también bajó la reja. Comenta que tiene el teléfono de la oficina desviado para atender a clientes que le contrataron salidas que no han podido llevar a cabo.

Precisamente ese es otro de los grandes problemas que deben afrontar los dueños de agencias. A estas alturas todavía están gestionando devoluciones de viajes contratados la pasada primavera. «Hemos devuelto miles de euros, pero todavía tenemos que seguir haciendo reclamaciones. Tardas meses en conseguir los reembolsos. Hay empresas de cruceros que están en quiebra y las compañías aéreas solo ponen trabas, especialmente alguna de bajo coste», coinciden en afirmar varios profesionales.

Ni tan siquiera las salidas a Canarias, las únicas que vendieron este verano en Barbanza las agencias con más suerte, están ya garantizadas: «Desde el pasado lunes, los hoteles piden al viajero que lleve su propia PCR. Esto implica un gasto a mayores que muchas personas no quieren asumir», relata Javier Fontao.

Los emigrantes en América o Europa, que eran una fuente de ingresos en la época de Navidades, también han quedado descartados de la lista de clientes. Los dueños de varios despachos reconocen seguir abiertos solo para mantener la visibilidad. Luisa Ferreirós, de Viajes Barraña, precisa que han reducido su horario a las mañanas: «O único que traballamos agora son desprazamentos corporativos».

Con las restricciones al alza, las compañías ven difícil continuar.

«Si la hostelería está mal, nosotros estamos peor»

Al frente de la agencia David Caamaño de Muros está Olga Franco, una profesional que lleva más de 30 años en el sector. La crisis sanitaria le ha obligado a cerrar la oficina, aunque mantiene la atención a los clientes que cancelaron sus viajes. Describe un panorama repleto de complicaciones: «Es horrible. Personas que cogieron los bonos de viaje que ofrecieron las compañías y que ahora no creen que vayan a poder usarlos. Quieren que les devuelvan el dinero, pero las empresas no están por la labor. Gestiones tenemos un montón, pero ganancias cero. Si la hostelería está mal, nosotros estamos peor».

Comenta que, en esta época «estaría vendiendo billetes para emigrantes que vienen o van a ver a sus familias, pero nada. Incluso estaría cerrando viajes anticipados para primavera. Hay muchos impedimentos para desplazarse y la gente tampoco quiere arriesgar».

Explica que percibe la aportación de los autónomos, pero manifiesta que «con la ayuda no comemos. Hay muchos gastos. Era consciente de que íbamos a perder el 2020, pero lamentablemente, también el 2021»