Guardapescas de Cabo de Cruz requisaron 223 kilos de bivalvo y tres raños a unos furtivos

Ana Gerpe Varela
a. Gerpe RIBEIRA / LA VOZ

BARBANZA

cedida

La actuación tuvo lugar dos horas después del toque de queda

27 oct 2020 . Actualizado a las 17:00 h.

Los furtivos no respetaron el confinamiento y tampoco están dispuestos a cumplir con el toque de queda que entró en vigor el domingo. A la una de la madrugada de ayer, dos horas después del tope fijado para permanecer en la calle sin causa justificada, guardapescas de la cofradía de Cabo de Cruz interceptaron a tres furtivos en la playa de Xión.

El botín de bivalvo que habían conseguido con su acción ilegal no era nada despreciable: algo más de 223 kilogramos. Los trabajadores del pósito los vieron en plena faena, cuando se encontraban metidos en el agua sacando el marisco. Cada uno de ellos llevaba un raño, útiles de pesca que también fueron decomisados por los guardapescas.

Los furtivos tenían su estrategia perfectamente diseñada. Habían escondido el vehículo en las fincas, pasando por un camino por el que difícilmente cabe un coche. Poco imaginaban que habían sido descubiertos, hasta que fueron interceptados por la vigilancia de la cofradía.

Las tres personas implicadas no opusieron resistencia y en cuanto el guardapescas les advirtió dejaron de mariscar y se marcharon, dejando en el lugar los sacos con el producto que habían cogido. Todos ellos fueron identificados y se levantó acta.

El marisco fue pesado posteriormente en la lonja de Cabo de Cruz y devuelto al mar.

Hace una semana, guardapescas de Cabo desarrollaron un par de operativos, uno de ellos también en la playa de Xión, en el que fueron identificadas cinco personas y en el que fueron decomisados 158 kilogramos de almeja japónica.