Decisiones

Ana Gerpe Varela
Ana Gerpe EL BALCÓN

BARBANZA

12 oct 2020 . Actualizado a las 05:00 h.

Un hogar recibe con alegría el nacimiento de una criatura. Parientes directos llegados desde distintos lugares acuden para darle la bienvenida. Algunos vienen desde lejos, hasta han pasado por un par de aeropuertos. Besos y abrazos, la alegría por el acontecimiento y por un reencuentro tras meses de distanciamiento. Todo parece normal, es un motivo de celebración. Ninguno se plantea el riesgo que están corriendo.

En otro hogar, un marido regresa a casa para disfrutar de un período de descanso. Lleva algún tiempo fuera. En casa ya han pedido cita para que pueda someterse a una PCR, para saber si ha podido contagiarse. No tiene síntomas, pero nunca se sabe.

El coronavirus obliga a tomar decisiones. A pensar que ese ser querido con el que aguardamos con impaciencia reunirnos puede estar afectado. Es duro, incluso puede parecer una actitud fría, calculadora. Sin embargo, es un acto de responsabilidad y de afecto. En este momento lo es más los besos y abrazos que de forma espontánea algunos deciden darse.

Enfrentarse a la tesitura de rechazar un abrazo es difícil, y está sujeto a interpretaciones que pueden no ser bien recibidas por quien las sufre. Sin embargo, eso también forma parte de la nueva normalidad que nos ha tocado vivir.

Muchos de los contagios que se están produciendo en la actualidad están en el ámbito familiar. No busquemos siempre al enemigo fuera. Nosotros somos los responsables de las decisiones que tomamos, por muy calculador que pueda parecer.

Llegará el momento en el que regresen los besos y abrazos. Hay que esperar.