Las casas rurales de la comarca resisten a las cancelaciones y rozan el lleno este puente

LAURA M. GÓMEZ RIBEIRA / LA VOZ

BARBANZA

Laura Martelo

El turismo autonómico y el buen tiempo han animado las reservas a última hora en los establecimientos barbanzanos

09 oct 2020 . Actualizado a las 09:44 h.

Que las casas de turismo rural son el refugio preferido para escapar del estrés de la ciudad y de los destinos masificados ya quedó más que demostrado durante la temporada estival. La llegada de octubre y el puente del Pilar no han hecho más que confirmar esta tendencia. En estos establecimientos, las restricciones a la movilidad impuestas en algunas comunidades autónomas y ayuntamientos gallegos no se han traducido en una menor ocupación. En la mayoría de ellos ya no queda ni una habitación libre en el área de Barbanza.

«Tivemos cancelacións, pero xa no momento nos chamaban outras persoas para reservar o que nos quedaba baleiro», cuenta Iván Nine, propietario de Glass Cube de Outes, un complejo formado por cubos de cristal independientes que están rodeados de vegetación.

El teléfono tampoco paró de sonar en las outienses Cabañitas del Bosque. «Tiñamos reservas de xente de Ourense que xa non pode vir, pero está todo ocupado igualmente», confirma su dueño, Manuel Lema. En su empresa llevan trabajando desde la desescalada con un sistema de check-in a distancia, de manera que ninguno de sus visitantes tiene contacto con otros ni tampoco con los trabajadores del complejo. «Esta é unha das cousas que dá máis seguridade aos nosos clientes», explica Lema. Y aunque los más previsores hicieron sus reservas con 15 días de antelación, todavía les siguen llegando peticiones de alojamiento a apenas unas horas del inicio del puente.

A esto se agarran en otras casas de turismo rural de la comarca para consumar su lleno. En Aldea Os Muíños de Rianxo estaban el miércoles al 80 % y ahora les queda libre una única habitación. «No noso caso afectou moito o peche de Madrid», subraya la gerente, Maricarmen Ferreirós. El turismo autonómico y, sobre todo, el provincial están llenando los huecos que dejan los foráneos. También las previsiones de buen tiempo han animado a los visitantes que carecen de restricciones de movilidad.

Expectativas altas

En la misma línea se manifiestan las direcciones de otros establecimientos del sector, como el Entre Os Ríos. Situado en A Pobra, en este alojamiento que cuenta con el distintivo Q de Calidad están sorprendidos con la cantidad de movimientos realizados en las últimas horas: «Nos queda una habitación libre, pero no me extrañaría que la reservasen ya hoy (por ayer)». En Casa do Zuleiro, por su parte, la cifra de ocupación también es muy buena, situándose al 90 %. Allí aseguran que los clientes siguen preocupados por la política de cancelaciones ante la posibilidad de un nuevo confinamiento.

Los negocios de este sector tienen las expectativas altas en lo que respecta a octubre. En O Fogar do Carpinteiro, que regenta Olga Formoso en Carnota, ya llenaron todos los fines de semana del mes «e estamos completando a ponte de decembro e fin de ano». A pesar del abrupto cierre de marzo, el verano ha sido bueno para la mayoría de estos establecimientos, que esperan que la alta ocupación compense las pérdidas.

En una situación más complicada se encuentra el sector hotelero barbanzano. Ni el buen tiempo ni el puente del Pilar han bastado para atraer a los visitantes a estos establecimientos. «No ha aumentado la demanda», afirman desde el hotel Jopi de Boiro. Tampoco han entrado nuevas reservas en el hostal Carolinas ribeirense o el Lombiña de A Pobra. «Comparado con otros años, hay muy poco movimiento», afirma Cecilia Ruibal, del alojamiento pobrense.