El pico Muralla ya compite en visitas con los grandes focos turísticos de Barbanza

Marta Gómez Regenjo
Marta Gómez RIBEIRA / LA VOZ

BARBANZA

En el mirador se registran largas colas para hacerse la foto sobre la plataforma

08 sep 2020 . Actualizado a las 05:00 h.

Este fin de semana volvió a repetirse en las inmediaciones de la cima del monte Muralla una imagen que ya empieza a ser habitual: coches aparcados por todas partes y filas de personas subiendo ladera arriba para alcanzar el mirador. En el mes de febrero se estrenó la plataforma desde la que, en días claros como el de ayer, pueden verse incluso las islas Cíes, y desde entonces la afluencia a la zona ha sido una constante, tanto, que ya rivaliza con otros importantes y visitadísimos recursos de Barbanza, como el castro de Baroña o el parque natural, como centro de peregrinación turística.

No existen estadísticas sobre el número de visitas que recibe el mirador del pico Muralla, pero basta con pasar por allí una tarde cualquiera para comprobar el tirón que tiene. De hecho, su enorme repercusión, sobre todo a través de la redes sociales, ha cogido de imprevisto a los alcaldes de Rianxo y Lousame, promotores del proyecto, que ha puesto en el mapa un monte que ya contaba con unas vistas privilegiadas, pero que con la nueva estructura suspendida en la cima se ha convertido en parada obligada.

En el primer fin de semana de apertura, la afluencia de personas fue tal que los accesos se colapsaron y ni siquiera la presencia de varias patrullas de la Guardia Civil y la Policía Local rianxeira fueron suficientes para poner un poco de orden. Esa caótica escena no ha vuelto a repetirse, pero sí el flujo constante de visitantes. Pudo verse este mismo domingo, con decenas de personas guardando cola para hacerse la foto en el que ya es el mirador más instagrameable de la comarca.

Los coches, un problema

Semejante aluvión de visitantes a un lugar que no está preparado para el elevado volumen de tráfico que se registra desde que se abrió la plataforma del monte Muralla genera algunos problemas. El principal, el del aparcamiento, lo que provoca que se deje el coche orillado en cualquier pista y los accesos acaben colapsándose. Para evitarlo, se ha colocado señalización en algunos puntos, para tratar de ordenar un poco el tránsito, y los concellos barajan otras medidas, como reconocía el alcalde rianxeiro, Adolfo Muíños: «Estamos traballando para habilitar máis aparcamentos. O certo é que non imaxinabamos que o mirador tivera a atracción que tivo, foi desbordante».

MARCOS CREO

La subida del último tramo pone a prueba los amortiguadores de muchos coches, que incluso tocan con los bajos en los baches, y la idea es habilitar espacios de estacionamiento disuasorios para que los vehículos no vayan hasta la cima, favoreciendo de este modo que los visitantes completen el camino hasta el mirador andando: «O final é gratificante». Muchos lo hacen ya, y se han creado senderos campo a través para atajar.

Tanta afluencia de gente no ha pasado desapercibida para los vecinos que viven en las aldeas próximas y que se quejan del elevado volumen de tráfico y de la inseguridad que eso les provoca. Otro punto negativo son los restos de desperdicios que comienzan a aparecer en las cunetas y el entorno del mirador.

El tirón de la Muralla como recurso turístico está demostrado, ahora hay que procurar que no muera de éxito.