Una ola de solidaridad, el mejor regalo de cumpleaños para el pequeño Andreas

María Xosé Blanco Giráldez
m. x. blanco RIBEIRA / LA VOZ

BARBANZA

marcos creo

Su familia logró reunir más de 10.000 euros para comprar un coche adaptado

04 jun 2021 . Actualizado a las 19:15 h.

Jessica Muiños quería hacerle a su hijo el mejor regalo de cumpleaños posible, uno que le resultara útil y le ayudara a vivir nuevas experiencias. Su pequeño Andreas, que sufre atrofia muscular espinal (AME), cumplió ayer 3 años, y la idea de su familia era que lo celebrara ganando autonomía e independencia. Por eso, hace unas semanas emprendió una campaña de recaudación de fondos para poder comprar un coche adaptado en el que transportar la silla eléctrica que le han concedido. El momento del estreno todavía se hará esperar un poco, pero el chiquillo ha recibido ya el mejor de los obsequios, una ola de solidaridad que se traduce en más de 10.000 euros, una cantidad que hará posible la adquisición del necesario vehículo.

Esta cifra es el resultado de la suma de aportaciones, unas 70, realizadas por diferentes personas y entidades, algunas de ellas de forma anónima. La cofradía de Noia entregó a la familia un cheque por importe de 5.000 euros y el ribeirense Abraham Benítez reunió otros 1.000 con el sorteo de una reproducción de la capilla de A Guía que él mismo realizó. La última de las donaciones le llegó a estos noieses desde la empresa Congalsa, que quiso aportar su grano de arena a la causa con otros 1.000 euros.

El resto del dinero fue reunido a través de la plataforma Gofundme, donde la familia de Andreas puso en marcha una campaña de donaciones que aún continúa activa. Y es que, según explicó Jessica Muiños, están a la espera de conocer el coste definitivo del automóvil por el que se decantarán: «Por un lado estamos mirando un coche adaptado de segunda mano y, por otro, un vehículo nuevo normal que luego habría que transformar. Queremos ver qué opción es la más conveniente pensando a medio y largo plazo antes de tomar una decisión».

Cuando el proceso culmine, Andreas y su madre ganarán una pizca de independencia: «Él podrá manejar la silla eléctrica y con el coche no tendremos que depender de una tercera personas para acudir a las consultas». Jessica reconoce que las visitas a los centros sanitarios serán los pocos viajes que el pequeño realice durante el duro invierno que se avecina: «Apenas podremos salir de casa, porque a él cualquier virus le afecta el doble».

Debido a los problemas respiratorios derivados de la AME que sufre, Andreas tuvo que estar un mes en la unidad de cuidados intensivos por uno de los virus típicos del invierno y con cada resfriado necesita oxígeno.

Miedo al covid

Ni qué decir tiene que la pandemia actual ha aumentado el temor de su familia: «Tenemos miedo a que a él le afecte de forma especial, por eso este invierno restringiremos todavía más las salidas, reduciéndolas a las que sean estrictamente necesarias». Los padres de Andreas ni siquiera se plantean enviarlo de momento al colegio: «No queremos arriesgar, porque él ya sufre mucho con un resfriado».

Han solicitado la atención educativa domiciliaria, pero todavía están a la espera de una respuesta. Es una opción que ven con muy buenos ojos, para que el pequeño pueda desarrollar sus capacidades, aunque temen una respuesta negativa: «Como realmente la educación obligatoria no empieza hasta los 6 años, es posible que no nos concedan el servicio».