Jesús Antonio Martínez: Un leonés, enamorado a primera vista de la costa barbanzana

lucía eiras / A. S. RIBEIRA / LA VOZ

BARBANZA

CARMELA QUEIJEIRO

Presenta su libro «La vida de Agua»inspirado en lugares y personajes de la comarca

19 ago 2020 . Actualizado a las 05:00 h.

Hay historias que parecen de cuento, aunque sucedan en la vida real. Y existen personas que se encargan de que se conviertan, sobre el papel, en extraordinarias. Fue lo que hizo Jesús Antonio Martínez (León, 1963) después de encontrar en la playa de As Furnas una botella con un mensaje en su interior. Cuando lo cogió para leerlo, la hoja se deshizo entre sus dedos. Sin dudarlo, aprovechó el mismo frasco para meter dentro una carta de agradecimiento a la médica que operó a su hija. La nota encontró destinataria, una pediatra que agradeció a Martínez las palabras que había dedicado a su compañera de profesión.

A este enamorado de la costa barbanzana la situación lo empujó a escribir su tercer libro, La vida de Agua, una obra compuesta por diferentes relatos en los que el autor combina ficción y realidad: «La objetividad se me queda un poco árida». De igual manera actúa con los personajes: «Hablé con mucha gente que me regaló sus historias. Con artesanos de Aguiño, artilleros...» que después construyen sus crónicas. «Un día fui a un chiringuito en el que me encontré la barra llena de espadas y le pregunté a la dueña el motivo de esa decoración. Me dijo que un pescador se las regalaba y me dio una para mi casa. De ahí nació El viejo y el mar, inspirada en la obra de Hemingway, donde un ser fantástico está hecho a base de vértebras de ballena», afirma.

Los diferentes sucesos ocurren en distintos puntos de la localidad: «Quería que todo estuviese ambientado aquí. As Furnas, Coroso, Vilar... el foco del libro es claramente esta zona».

Martínez es un leonés enamorado de Galicia: «Mi cuñado vivía aquí y lo vine a visitar. Yo siempre había soñado con estar cerca del agua. Lo confirmé al pisar por primera vez la playa de Coroso. Me enamoró el mar, el monte que la rodea, la naturaleza...». Apasionado del Atlántico, encontró en Barbanza un lugar en el que dejarse llevar por el ingenio: «Escribir y el agua son las dos cosas que me dan más libertad».

¿Quién es Agua?

Tal amor profesa por el mundo marítimo que la protagonista de los relatos se llama Agua, pero, ¿quién es?: «No lo sé. Hay mucha gente que me pregunta si soy yo, pero lo cierto es que no. Es un personaje más. Obviamente meto experiencias y vivencias propias, lo que hace que me identifique con ella, pero sigue siendo otra persona a la que continúo buscando en cada sitio al que voy».

Es el personaje principal de la tercera publicación de un autor que no se considera profesional, sino aficionado: «Veo, escucho y luego escribo porque me gusta. De aquello que me llama la atención saco anécdotas, pero no me puedo llamar escritor».

Como su última obra, la primera nació por mera casualidad: «A mi hija le encargaron un relato en el colegio y quise ayudarle. Me prestó tanto escribirlo que acabé publicando libros». Sus dos primeras creaciones, Cuando los humeros duermen y Si tuviera que elegir son también fruto del destino: «El primero lo creo para recordar mis raíces. Nací en un molino al lado de los humeros, de ahí el título. Recojo relatos como quien acumula memorias. El papel perdura y por eso escribo». Lejos de cualquier fin económico: «Hago solo 150 ejemplares que voy dejando por ahí».

Redactar historias es mantenerlas, poder contarlas y disfrutarlas en el momento deseado: «El mejor regalo que me han hecho no han sido los premios, sino cuando en el recibimiento de uno de ellos se me acercó una persona y me dijo que uno de mis relatos le había hecho llorar». De esta forma, con el boli entre sus dedos, Martínez vivió las mejores experiencias de su vida: «Son sensaciones de las que estando de paso no te das cuenta. Es una manera diferente de vivir».