Habas contadas en el fútbol barbanzano

Álvaro Sevilla Gómez
Álvaro Sevilla RIBEIRA / LA VOZ

BARBANZA

Áltex Teira y Fran Pena
Áltex Teira y Fran Pena MARCOS CREO

La irrupción del Cidade de Ribeira constriñe el mercado de fichajes, donde Puebla, Boiro y Noia se reparten un pastel que cada vez es más escaso

07 ago 2020 . Actualizado a las 05:00 h.

Habas contadas. Y demasiados para repartirlas. Con esas dos frases podría simplificarse la idiosincrasia del mercado de fichajes del fútbol barbanzano. Más todavía tras la irrupción de un Cidade de Ribeira que ha apostado fuerte en su primer año de vida y ya es candidato al ascenso a Preferente. De lograrlo y si nadie da el salto a Tercera División, serían cuatro los equipos de la zona que militarían en la misma categoría: Puebla, Boiro, Noia y un hipotético Ribeira. Demasiados gallos para un corral que se reduce cada año.

«Yo sumaría también a Dubra, Xallas, Estradense, Arzúa y Estudiantil. Para la zona de Barbanza y Santiago somos un montón de equipos y los jugadores de nivel para Preferente o Tercera escasean», añade un directivo de la comarca que ve como cada verano los clubes vecinos tocan a sus jugadores: «Si no tienes un proyecto deportivo interesante se van y si entras en una dinámica de ofrecer dinero a lo loco para intentar pescar algo acabas arruinando el club. La economía es la que es».

Sin el vigor económico de otras épocas, en las que era más sencillo afrontar los gastos de traer a jugadores de zonas más lejanas, como A Coruña o Arousa, el cambio de cromos de un grupo muy reducido de nombres se ha convertido en una constante en los últimos veranos.

La realidad es clara. Por poner ejemplos, del Puebla del pasado curso se han marchado dos jugadores con destino a Barraña: Juan y Benogo. Madiop y Aguado, que también vistieron la zamarra blanquiazul en A Alta, ahora recalan en A Fieiteira. Jon y Felipe han dejado el Julio Matito para regresar al equipo de su localidad, un Boiro que ha perdido a Brais Nieto, Carlitos y Fran Pena, los dos primeros con destino a A Pobra y el último de vuelta a casa. Pablo Vidal, con ofertas de los otros dos equipos de la comarca, apunta a fichaje de relumbrón para el Cidade de Ribeira. El pastel es el que es, y con la entrada de nuevos miembros cada vez se reduce más.

Pocas opciones

«Es el mercado al que te puedes dirigir. Si conoces un poco el de Santiago aún rascas algo, pero es muy difícil porque hay otros equipos que también se mueven. Si quieres traer un jugador de Tercera para reforzarte tienes que rascarte el bolsillo con un dinero que quizás no tengas», confiesa otro directivo de la zona, que explica que un jugador que baja, por ejemplo de A Coruña tres días a la semana, tiene un gasto de gasolina que dispara el coste: «Aunque le des 400, 500 o 600 euros, tienes que aportarle 100 o 200 más para los gastos de desplazamiento».

Conocedores de esta situación, el plan de las directivas de la comarca en los últimos años ha sido el de reforzar sus canteras y que los chavales de mayor proyección no cambien de aires como hacían anteriormente. El club que se adelantó en ese aspecto fue el Boiro con el convenio firmado con el Abanqueiro, y que ya ha dado sus frutos con Juanma, Diego Ramos y Eloy. «Los chavales piensan que es un paso atrás ir a un filial, pero es mejor esa opción que pasarte todo el año en el banquillo. Creen que no se les dan oportunidades, pero la realidad está en que si el entrenador no los pone es por un motivo. No hay muchos jugadores que puedan pasar de juveniles, aunque vengan de Liga Nacional, y sean titulares en Preferente o Tercera», explican desde el Julio Matito.

Los chavales

Ese es mismo camino lo marcó el Noia con los pactos firmados con el Lousame y el Cruído, así como el Puebla, que ha creado un equipo B que este curso saldrá en Tercera Galicia. El Ribeira también busca seguir esa estela, y todo apunta a que el Sálvora ejercerá ese papel en Segunda Galicia. El objetivo es que si los chavales no tienen aún experiencia para jugar, como mínimo puedan compaginar convocatorias y entrenamientos con el primer equipo y partidos en el filial.

«Lo más importante es que se sientan cómodos y valorados. A veces eso es más importante que el dinero», explica otro directivo que confiesa que ha visto casos como jugadores que militan en su equipo recibieron ofertas que triplicaban lo que recibían y no quisieron moverse.

Ese aspecto sentimental es la baza que ha utilizado el Cidade de Ribeira en este nuevo comienzo. El club ha logrado confeccionar una plantilla de las que habrá pocas en Primera Galicia, con excepción de la del Negreira. El sentimiento de pertenencia y de arrimar el hombro para crear algo de cero es lo que ha llevado a jugadores como Serafín, Viturro, Fran, Pozas o Madiop a dar el paso. Quizás sea una de las pocas maneras de sobrevivir al mercado de fichajes barbanzano.