Manuel Capeáns: «Una simple colchoneta mal usada en una playa puede constituir un peligro»

Ana Gerpe Varela
A. Gerpe RIBEIRA / LA VOZ

BARBANZA

CARMELA QUEIJEIRO

Incide en que llevar el chaleco salvavidas o el móvil pueden ser determinantes

13 jul 2020 . Actualizado a las 21:32 h.

Licenciado en Náutica y en Derecho, el jefe del Centro de Control de Tráfico y Salvamento Marítimo de Fisterra situado en monte Enxa, Manuel Capeáns Álvarez (Santiago, 1973), subraya que la popularización del ocio vinculado al disfrute de la costa ha propiciado un notable incremento de las incidencias, algunas trágicas como la ocurrida el lunes en la playa sonense de Coira con la desaparición de dos jóvenes que iban en kayak. Capeáns considera positiva la expansión de las actividades de disfrute del mar e insiste en que está en manos de los usuarios minimizar los riesgos.

-¿Hay muchas actuaciones motivadas por actividades recreativas en el mar en Barbanza?

-El problema está en las acciones de los aficionados en lo que yo prefiero denominar línea de costa, porque el mar es otra cosa. Me refiero tanto al empleo de elementos flotantes, como kayaks o colchonetas, y también a los pescadores de caña. Hay muchas más incidencias, tanto en el área de Barbanza como en otras de Galicia, porque el número de usuarios se ha disparado. Está bien que se haya popularizado la adquisición de este tipo de artículos, pero hay que utilizarlos adecuadamente. Una simple colchoneta mal usada en una playa puede constituir un peligro. Lo mismo sucede con la expansión en el acceso a aplicaciones que proporcionan información meteorológica, porque llevan a interpretaciones erróneas a quienes no disponen de la formación precisa para manejar la herramienta. Les lleva a pensar que los valores que les proporcionan son ciertos, y no es así. Puede suceder, por ejemplo, con los datos sobre la fuerza del viento. Un meteorólogo no facilita la información de esta manera. Por eso insisto en que lo importante es realizar un uso correcto de los medios a los que se tiene alcance.

-¿Cuáles serían las pautas básicas que deberían seguirse?

-Hay dos esenciales, que no requieren de conocimientos previos y pueden ser determinantes: llevar el chaleco salvavidas y el teléfono móvil en una funda estanca. Es preciso realizar una adecuada valoración de las circunstancias meteorológicas y no salir nunca cuando el viento viene de tierra. Cuando no hay viento, hay que ser precavido por la posibilidad de que entre. También resulta esencial la integridad de la embarcación.

-Ha mencionado a los pescadores de caña, ¿que tipo de alertas se generan?

-Hay un incremento de las incidencias, fundamentalmente por resbalones en la línea de costa. Los pescadores aficionados a veces acceden a zonas rocosas en busca de una buena captura poniendo en riesgo su vida o realizan una mala valoración de la acción del mar.

-Las embarcaciones de recreo han aumentado de forma significativa en las rías de Arousa y Muros-Noia, ¿qué tipo de incidencias suelen registrar?

-Las más frecuentes son las averías mecánicas, aunque también hay situaciones de peligro propiciadas por personas que subestiman los riesgos. Sin embargo, para el volumen de navegación que hay en las rías, el número de imprudencias considero que no es destacable. Es cierto que las intervenciones han aumentado, pero es el eterno debate entre el seguridad y libertad. Sus usuarios son personas más conocedoras del medio y cabe pensar que solo ganamos experiencia en las distintas situaciones a medida que vamos practicando.

«En el centro de control tenemos una emergencia diaria de media»

En el 2013, Manuel Capeáns escribió un libro, titulado Navega seguro, en el que habla sobre accidentes ocurridos en la navegación de recreo. En la introducción afirma que, por una parte, la obra «intenta hacer bueno el aforismo que nos invita a aprender de nuestros errores para no volver a sufrir las graves consecuencias que, con más frecuencia de la deseada tienen los accidentes marítimos en la navegación deportiva» y, por otra, «rendir homenaje a aquellos que pagaron un precio demasiado alto al practicar su afición».

-¿El verano es una época especialmente complicada?

-En una tarde de buen tiempo, especialmente si es fin de semana, el teléfono suena mucho. En el centro de control tenemos una emergencia diaria de media. Las del verano están vinculadas al disfrute del ocio y las de invierno, a la flota profesional. Bañistas o personas que practican distinto tipo de actividades recreativas generan peticiones de asistencia.

-¿Hay muchos casos graves?

-Aproximadamente, una de cada diez intervenciones de salvamento son de carácter grave o acaban en trágicas consecuencias. Nuestro objetivo es que el promedio sea de una de cada cien. Lograrlo está en manos de los usuarios, haciendo un uso correcto de los medios que tiene.

«Cuando uno es joven asume riesgos por encima de sus posibilidades»

El suceso del kayak ocurrido el pasado lunes en Porto do Son, con el resultado de dos jóvenes desaparecidos, ha conmocionado a la comarca.

-¿Desestimaron los riesgos en su salida hacia A Creba?

-Cuando uno es joven asume riesgos por encima de sus posibilidades, todos lo hemos hecho en alguna ocasión. En este caso hubo una serie de elementos que desencadenaron este lamentable suceso. Ahora la prioridad es encontrar a los dos desaparecidos.

-El helicóptero Helimer 211 estaba cerca.

-Estaba efectuando unos ejercicios en Corrubedo. Desde que recibidos la llamada hasta que rescatamos a la joven pasaron unos treinta minutos.

-¿Tenían información precisa?

-La información de la que disponíamos era muy precaria en la alerta que recibimos. Procedía de un comunicante que llamó al 112 al ver que habían transcurrido varias horas desde la salida de los chavales de Coira sin que ellos regresasen, pero que lógicamente carecía de datos. Tenemos un sistema de salvamento marítimo robusto, respaldado por el estrecho trabajo con Gardacostas de Galicia y el 112 en todas las actuaciones, pero este sistema necesita una alerta temprana que se logra con el móvil o un dispositivo VHF.