Si el jueves se cotizó a poco más de un euro el kilo en las lonjas de referencia de la comarca, ayer costó más del doble en la de Ribeira, donde la más cara alcanzó los 3,20 euros el kilo
16 ago 2021 . Actualizado a las 16:29 h.La llegada de un fin de semana con buen tiempo con el que, además, se estrena el mes de julio, ha constituido un revulsivo para que la sardina revalorizase su valor. Este popular pescado, cuyo precio cayó en picado tras la celebración del San Juan, ha remontado posiciones. Como afirmaba ayer Javier González, uno de los mayoristas que operan en la lonja de Ribeira: «O prezo da sardiña pono o mercado».
Si el jueves se cotizó a poco más de un euro el kilo en las lonjas de referencia de la comarca, ayer costó más del doble en la de Ribeira, donde la más cara alcanzó los 3,20 euros el kilo. En Portosín el precio fue un poco inferior, situándose en los 2,18.
El gerente de la lonja ribeirense, Fernando Carreira, comentó que las cajas de mayor precio son las adquiridas por los placeros. Lo cierto es que en los mercados municipales rebosaba ayer este producto, así como también los clientes que iban en su búsqueda. El motivo es que con el fin de semana los vecinos se animan a asar, y nada mejor que poner este popular pescado estival sobre las ascuas para comer en familia.
La grande escasea
La que mayor valor alcanza es la de tamaño grande que, sin embargo, escasea. Los mayoristas apuntan que la pequeña tiene poca salida para su distribución: «Porque aguanta pouco».
En las plazas de abastos abunda el medianillo, que podía adquirirse a partir de los cinco euros. La pescantina de A Pobra Dolores Rivas comentó la buena aceptación entre los clientes: «Eu teño do de Rianxo, a seis euros, e a xente está levándoo. Ten moi boa saída».
Por la rula de Portosín pasaron durante la mañana de ayer alrededor de 25.000 kilogramos, mientras que en la de Ribeira se subastaron 21.514 kilos entre el jueves y el viernes. Son muchos los mayoristas que van detrás de este pescado azul tan popular durante la temporada de verano.
Sin embargo, la gran preocupación del sector es la falta de cuota y eso que ya solicitaron el pasado mes una ampliación. El armador del cerco de Portosín Miguel Martínez asegura: «A cota que temos non chega a agosto. Déronnos dúas mil toneladas para toda a zona do Cantábrico noroeste. Iso non é nada porque debemos ser uns 150 ou 160 barcos dedicándonos a coller sardiña».
El cerquero estaba satisfecho por el precio: «Vendémola xusto ao dobre que nos días anteriores. Se o valor fora así tódolos días estaría moi ben, pero só sucede cando vén a fin de semana».
El tope por embarcación es de 1.500 kilos diarios: «Coa cantidade de peixe que hai nas pedras. Están cheas de sardiña».
Precisamente, el escaso cupo asignado motiva que algunos cerqueros de Portosín hayan decidido probar suerte con otras especies. Es el caso de Abel Carreño: «Estamos traballando fóra. Na actualidade na zona de Burela, e antes estivemos en Avilés». Cuando se le pregunta el motivo, comenta que los poco más de mil kilos asignados de sardina son insuficientes para que pueda sacar adelante la embarcación: «Cun barco dunha ducia de persoas, iso non chega a nada. Por iso temos que buscarnos a vida traballando noutros sitios, para poder subsistir».