La saturación de las escuelas infantiles cae en picado por primera vez en años

a. parada RIBEIRA / LA VOZ

BARBANZA

La foto de archivo muestra a unos pequeños en la hora del descanso en la escuela infantil de Ribeira. Esta, como la de A Tomada, acepta matrículas con el curso iniciado.
La foto de archivo muestra a unos pequeños en la hora del descanso en la escuela infantil de Ribeira. Esta, como la de A Tomada, acepta matrículas con el curso iniciado. CARMELA QUEIJEIRO

La incertidumbre por el covid-19 ha provocado una bajada en las solicitudes de plaza

01 jul 2020 . Actualizado a las 05:00 h.

Este no está siendo un año normal debido a las consecuencias de la crisis sanitaria internacional. No obstante, también se ha producido un cambio en un ámbito que buena parte de la sociedad esperaba que fuese en una dirección contraria, y que afecta a las escuelas infantiles. Después de cuatro años padeciendo un problema de saturación en los centros públicos de la red de A Galiña Azul, el número de solicitudes para obtener plaza ha caído en picado.

Solo el pasado curso, en la primera fase de adjudicación se quedaron en lista de espera un total de 104 pequeños. En esta ocasión, y en el mismo período administrativo, la cifra se ha desplomado hasta los 19 chiquillos. Desde la Consellería de Política Social indicaron que la causa se debe principalmente a una caída generalizada de la demanda en toda Galicia, en la que la incertidumbre que genera el covid-19 sería el gran motivo.

No obstante, en la comarca se han dado importantes singularidades dentro de esta dinámica. La principal ha tenido lugar en Boiro, el municipio que más necesidad de ampliación acusaba. Si en los cuatro años anteriores ocupó el primer puesto en el número de pequeños en lista de espera, esta vez solo se han quedado fuera dos, uno del grupo de 0 a 1 años en el centro de Praia Xardín y otro del de 1 a 2 en las instalaciones de O Saltiño.

El grueso de la saturación se focaliza ahora en A Galiña Azul de Rianxo, donde están pendientes de lograr sitio 17 niños. Esta cifra llama la atención, puesto que el año pasado la lista de espera se situaba en 13, siendo la única demanda que ha crecido.

Precisamente, en los últimos dos cursos, las escuelas infantiles públicas de Muros y Porto do Son también comenzaban a presentar los mismos problemas de saturación, pero en menor medida. En el caso sonense destacaba que hubiese la necesidad de baremar, al ser la escuela de esta red más reciente en Barbanza.

Brecha de natalidad

Por otra parte, hay un factor a mayores que explica en parte la caída de la demanda más allá de la incertidumbre por la pandemia del coronavirus, el número de nacimientos registrados en los últimos años. En este sentido, los datos del Instituto Galego de Estatística son claros. En los municipios de Barbanza, Muros y Noia se viene produciendo una caída generalizada de la natalidad desde el 2016 . En Barbanza la reducción experimentada en la natalidad de los últimos tres años fue de 86 pequeños menos, mientras que en Noia se cayó en 34.

No obstante, es necesario destacar que en el caso de la comarca muradana, los nacimientos comenzaron a descender un año más tarde -al igual que en el concello de Mazaricos-, cuestión que explicaría parte del descenso de solicitudes contabilizada en Muros en relación al ejercicio precedente.

El descenso en los centros de Ribeira y A Pobra es menos acusado

Si la tónica en la red pública de A Galiña Azul pasa por una potente caída en el número de solicitudes de plaza, la situación no ha sido distinta en la Escola Infantil Municipal de Ribeira y en la pobrense Escola Infantil de A Tomada, donde también se ha registrado un descenso, eso sí, menos acusado que en los centros dependientes de la Xunta.

En el caso de Ribeira, donde suelen contar con vacantes aún iniciado el curso, al igual que en A Pobra, el departamento de Servizos Sociais corroboró el descenso respecto al 2019. Si a estas alturas del año anterior había cerca de 110 solicitudes, ayer por la tarde -el plazo finalizó la pasada medianoche- contaban con 80 peticiones.

Por su parte, la responsable del centro pobrense, María Aguado, explicó que las familias que habían matriculado el año pasado a sus pequeños repiten, pero comentó que sí hay menos solicitudes para nuevas matrículas.

No obstante, María Aguado considera que el interés irá creciendo a medida que avance el verano y se despejen las incertidumbres sobre cómo será el próximo curso.

La odisea de la conciliación que viene

(Sálvora-Opinión)

El país está en pleno proceso de desescalada y de reactivación económica, pero para que este funcione de forma adecuada es necesario garantizar la conciliación de las familias y esta puede tornarse en una auténtica odisea al comienzo del próximo curso. Los progenitores necesitan confianza y seguridad, por lo que es comprensible que haya reticencias a la hora de querer enviar a sus hijos de vuelta a la escuela, pero ¿se imaginan los quebraderos de cabeza en la Administración, en los hogares y en las empresas privadas que pueden generarse si esperamos al último momento?