Oportunidades en tiempos de virus

Ramón Ares Noal
X. Noal RIBEIRA / LA VOZ

BARBANZA

Los niños barbanzanos han tenido un comportamiento ejemplar
Los niños barbanzanos han tenido un comportamiento ejemplar MARCOS CREO

Los sectores claves de la economía barbanzana no dejaron de operar ni en los peores momentos de la pandemia en un territorio por descubrir turísticamente y que ha hecho gala de su talante solidario

30 jun 2020 . Actualizado a las 05:15 h.

Esta semana se han cumplido cien días desde que a mediados de marzo se declarase el estado de alarma, que empezó con un estricto confinamiento para reducir los contagios por covid-19, hasta llegar la situación actual. Los barbanzanos en general, y especialmente los niños, han tenido un comportamiento ejemplar en estos cerca de cuatro meses, aunque hubo y hay excepciones por parte de quienes parecen vivir ajenos a la realidad de la primera gran pandemia del siglo XXI por una enfermedad que, no olvidemos, sigue estando entre nosotros sin que exista ningún antídoto ni vacuna, por lo que la amenaza continúa.

El virus nos ha privado de una primavera entera de libertad, aunque la actividad nunca llegó a pararse en su totalidad, siendo la hostelería el colectivo más perjudicado, ya que se vio obligado a cerrar las puertas y el regreso a su «normalidad» está siendo lento y complicado. Sin embargo, que sectores como el de la alimentación (conservas de pescado y marisco, congelados, precocinados, etc.) o los primarios del mar y del campo, en los que este territorio es hegemónico, siguieran trabajando ha permitido sobrellevar la situación a los residentes en los municipios de las comarcas de Barbanza, Muros y Noia, y del término de Mazaricos, cuya labor fue además estratégica para garantizar el abastecimiento de alimentos básicos a la población, lo que hizo acreedores del merecido calificativo de héroes a empresas y trabajadores.

Esa realidad no debe ocultar el bosque que siempre acarrea una crisis: las familias y personas que se encuentran en situación de emergencia, y aquí radica otra de las virtudes que los barbanzanos siempre han demostrado en situaciones comprometidas: la solidaridad. Esta se refleja en iniciativas encaminadas a reactivar a los sectores dañados por la pandemia y en aportar ayuda a través de los distintos estamentos sociales que tampoco han parado ni un momento con el fin de hacer más llevadera la crisis.

Vamos a vivir el verano más extraño de nuestra vida, con poca fiesta y mucha preocupación, pero la meta, el objetivo, es sobrevivir a la pandemia, porque los cimientos de la recuperación están bien asentados, ya que son los mismos que nos han permitido llevar mejor la crisis que en otros lugares.

Mejor medicina

El estío es la mejor medicina contra el estrés, y ya está aquí, con los lugares habituales esperándonos para relajar cuerpos y mentes, en los que nos vamos a encontrar con los turistas habituales y probablemente otros que lo son menos o nunca antes habían acudido a esta esquina sur de la provincia de A Coruña. A todos ellos hay que recibirlos con la hospitalidad que nos caracteriza pensando que también ellos nos reciben de igual modo cuando acudimos a sus ciudades y provincias. A lo sumo, hay que exigirles y exigirnos el cumplimiento de las normas de seguridad, por su bien y por nuestro bien, y para que, cuando regresen a sus hogares, cuenten lo que han visto y han vivido entre nosotros; y repitan en años venideros; y sean más.

El territorio barbanzano tiene mucho que ofrecer, como se puede ver en las páginas de esta publicación. En todas las crisis surgen oportunidades, y la apuesta de Barbanza como destino es, sin duda, una de ellas. Hay que aprovecharla.