Tres núcleos concentran la actividad incendiaria con 2.113 hectáreas ardidas

Marta Gómez Regenjo
Marta Gómez RIBEIRA / LA VOZ

BARBANZA

Toda la comarca está incluida en las zonas de alto riesgo de fuegos forestales

14 jun 2020 . Actualizado a las 05:00 h.

Las precipitaciones de las últimas jornadas y la bajada de las temperaturas sitúa en nivel bajo el peligro de incendio en la comarca, pero lo cierto es que los 11 municipios de Barbanza se sitúan en las zonas de alto riesgo y por ello el plan de prevención de fuegos forestales que elabora la Administración autonómica cada año establece un refuerzo de las acciones de vigilancia y disuasión en todo el territorio barbanzano. Con todo, hay determinadas parroquias a las que se presta una especial atención porque concentran la actividad incendiaria en la comarca. En concreto, son tres parroquias: Santa Uxía de Ribeira, Tállara y Ribasieira, en Porto do Son, en las que en los últimos años se han quemado un total de 2.113,16 hectáreas de terreno.

De las tres, la ribeirense y la lousamiana ya figuraban en la relación de zonas de alta actividad incendiaria el año pasado, y a ellas se ha sumado la parroquia sonense después del aciago verano del 2019. No en vano, Ribasieira salió del listado tras dos años relativamente tranquilos, pero la virulencia de las llamas en los últimos incendios registrados ha obligado a volver a incluirla. De hecho, con 1.184 hectáreas calcinas en tres fuegos forestales concentra más del 50 % de la superficie arrasada por el fuego en las tres parroquias de alta actividad incendiaria.

En cuanto al núcleo Tállara, figura en el listado de puntos especialmente sensibles por la elevada cantidad de focos que registra cada temporada. En los cinco últimos años, la parroquia lousamiana sufrió 43 de los 85 fuegos forestales contabilizados en las tres zonas de alta actividad incendiaria de Barbanza, con una superficie arrasada de 473,22 hectáreas, 85 de ellas en el último año. Este dato no solo la convierte en el lugar con más incendios de la comarca sino también del conjunto de la provincia.

Acción significativa

Por su parte, Santa Uxía de Ribeira también registra una elevada actividad, con 39 focos en el último lustro que hacen que continúe en un listado del que este año se caen 46 parroquias de toda Galicia. En este sentido, el Plan de Prevención e Defensa contra os Incendios Forestais (Pladiga) incide en prestar una atención especial a las zonas que continúan en la relación de puntos de riesgo por registrar «unha acción incendiaria moi significativa». En estos lugares se establecen medidas extraordinarias de prevención y de protección del monte frente al impacto producido por el fuego.

En lo que respecta a Barbanza, son tres las parroquias que salen de la lista de puntos sensibles: Carreira y Palmeira y la boirense de Santa Baia, que suman apenas 0,44 hectáreas quemadas en los dos últimos años. Con todo, se mantiene la vigilancia porque su situación puede dar un vuelco si aumenta la actividad.

En San Mamede de Carnota y Louro se prioriza la revisión de las franjas secundarias

El Pladiga no solo delimita las zonas de alto riesgo de incendio y recoge los medios disponibles para la lucha contra el fuego en los distritos forestales, sino que también planifica y realiza un seguimiento de las medidas de protección, como la gestión de las franjas secundarias. En este sentido, establece una serie de parroquias en las que se prioriza la revisión de estas fajas de seguridad en torno a los núcleos rurales, entre las que este año se incluyen dos de la comarca. Se trata de San Mamede de Carnota y Louro, en Muros. En ambos núcleos se prioriza la gestión de la biomasa en unas 194 hectáreas de superficie.

Asimismo, el plan define una serie de actuaciones a acometer tanto por parte del personal del distrito forestal como a través de contrataciones, entre las que se incluyen la apertura de cortafuegos, la realización de quemas controladas, la roza de terreno o la mejora de pistas forestales. En el caso del distrito cuarto, que agrupa a la mayoría de los municipios del área barbanzana, se prevé una inversión bianual cercana a los 250.000 euros.