La sardina sube cuatro euros el kilo en una semana azuzada por la demanda lusa

Ana Gerpe Varela
A. Gerpe RIBEIRA / LA VOZ

BARBANZA

carmela queijeiro

El precio en lonja de las piezas grandes osciló en Portosín entre los 5 y los 3,60 euros, cuando se pagaba a uno

12 jun 2020 . Actualizado a las 05:00 h.

Desde el pasado mes, el precio de la sardina ha sido una montaña rusa que subía y bajaba al ritmo marcado por el mercado portugués. A finales de mayo, con la flota lusa parada, la demanda empezó a crecer y, los precios, a dispararse. La de tamaño grande, que es la reclamada por los consumidores del país vecino, costaba en las lonjas de Ribeira y Portosín entre 2 y 3 euros. A partir del 1 de junio, cuando los barcos de Portugal regresaron a la actividad, la cotización se desplomó para pagarse a solo a uno euro el kilogramo. Esta semana, debido a la festividad de San Antón -que tendrá lugar mañana- las cotizaciones han vuelto a repuntar con fuerza, tanto que la subida es de 4 euros el kilo.

El pescado por excelencia de las parrillas cotizó ayer entre los 5 y los 3,60 euros el kilo en Portosín, mientras que en Ribeira la poca que hubo de tamaño grande se pagó toda a 3,70. A la rula sonense llegaron unos 14.000 kilos y, según indicó uno de los responsables de la subasta: «A maior parte era gorda».

Empresas de Ribeira que distribuyen a mercados lusos están haciendo acopio de mercancía para atender la creciente demanda.

Por su parte, los marineros están satisfechos con el precio: «A caixa ten 15 quilos, e a unha media de 4 euros son uns 60. Hai unha semana estaba a 1 euro», explica el armador del cerco de Portosín Miguel Martínez. El problema, subraya, es que la cuota está acabándose: «Temos peixe, pero non deixan que o collamos. Estamos vendo sardiña desde marzo. O xurelo desapareceu, pero hai unha avalancha de sardiña». El tope por embarcación y día está en 1.500 kilos.

 Demasiado cara

Sin embargo, en el mundo del mar todo es complejo. Mientras las empresas de Barbanza con mercado en Portugal pujan por un producto que cotiza al alza, aquellas que operan en el ámbito nacional no están interesadas en adquirirlo debido, precisamente, a su elevado coste.

Lo explica el responsable de una firma que se abastece en la lonja de Ribeira: «La grande se pagó ayer a 3,70, hace un mes costaba 1,50. Los actuales no son precios asumibles para el mercado español. Hace una semana sí compramos porque las cotizaciones eran más seductoras para los puntos de venta nacionales. Los consumos varían mucho de unos lugares a otros y, por ejemplo, fuera de Galicia nadie está dispuesto a pagar los importes a los que suele llegar la sardina en vísperas de San Juan».

Si en Portosín abunda la sardina grande, que es la preferida para asar, en Ribeira predomina la pequeña, conocida popularmente como medianillo, que ayer osciló entre 1 y 2 euros el kilo.

El capturado en Rianxo, se vendía en la plaza de abastos ribeirense entre los 6 y los 8 euros el kilogramo. Las placeras consultadas explicaron que este es siempre un poco más caro, pero tenía una gran salida entre los clientes. Poco después de las once de la mañana, en puestos como el de Bea Maneiro o María Mayán solo quedaba un puñado.

La pescantina Marisa Fernández afirmaba que «está moi bo, por iso a xente o leva». Por el contrario, carece de salida para su distribución en el mercado nacional, como manifestaba una empresa de la localidad: «No está teniendo buena respuesta porque aguanta poco».

Ahora falta saber qué sucederá con los precios cuando se aproxime la emblemática celebración de San Juan.

Bea Maneiro: «O medianillo está moi bo, quen o leva unha vez repite»

La totalidad de los puestos de la plaza de abastos de Ribeira tenían ayer medianillo, en la mayoría de los casos capturado en Rianxo. Una de las pescantinas que lo comercializaba era Bea Maneiro, quien no dudaba en manifestar: «Está moi bo, quen o leva unha vez repite». En su caso, manifestó que alguno de sus clientes ha acudido ya esta semana varias veces para adquirirlo, recalcando que tenía bastante grasa y que eso motivaba el éxito entre los consumidores.

 Para demostrar la calidad del producto, Bea Maneiro no duda en abrir una pieza y poner de manifiesto que se encuentra en unas condiciones óptimas: «É unha auténtica pasada».

Lo cierto es que su opinión es generalizada entre el conjunto de vendedores del mercado ribeirense, muchos de los cuales dieron salida a este producto con gran rapidez durante la mañana.

Incluso, no faltan pescantinas que afirman que ya han recibido pedidos de cajas. Algunas no descartaban la posibilidad de que pudiera ser para congelar, en previsión de que la sardina escasee cuando llegue la jornada de San Juan o de que su precio sea mucho más elevado.

Marcos Vázquez: «Vaise acabar a cota e aínda non chegou o San Xoán»

El armador del cerco de Portosín Marcos Vázquez asegura que «sardiña hai moita». En su caso, estuvo trabajando hasta hace poco en la costera de la anchoa en el Cantábrico, pero decidió regresar para dedicarse a la captura de sardina. Su preocupación es que, afirma, «Nun mes e medio que levamos traballando xa levamos consumido un 77 % do tope. Vaise acabar a cota e aínda non chegou o San Xoán. Se aguanta ata esa data vai ser moito milagre».

El armador comenta que «agora hai máis barcos dedicándose a súa captura, e cando baixen os que están na anchoa aínda haberá máis. Vexo difícil que poidamos aguantar traballando».

Marcos Vázquez afirma que «hai moita sardiña en toda Galicia. O peixe non desaparece, ou está na costa ou está fóra». Comenta que el viento del norte ha favorecido que se aproximase a tierra, al tiempo que explica que, por el contrario, el jurel ha desaparecido. Subraya Marcos Vázquez que los barcos capturan el tope de 1.500 kilogramos por día con facilidad: «Estamos traballando na boca da ría, entre Fisterra e Portosín». Su preocupación es saber qué pasará.