Cubos de cristal con riesgo de contagio cero, la nueva oferta turística que llega desde Broña

María Xosé Blanco Giráldez
m. x. blanco RIBEIRA / LA VOZ

BARBANZA

marcos creo

El complejo abrirá en julio, pero ya admite reservas y casi ha colgado el cartel de completo para agosto

10 jun 2020 . Actualizado a las 22:10 h.

Hace ya un tiempo que la moda del glamping, una opción que fusiona el pleno contacto con la naturaleza que permite el cámping y la comodidad que ofrece un alojamiento tradicional, se extiende por Galicia. Barbanza, donde ya funcionan con éxito varios negocios de este estilo, verá muy pronto incrementada su oferta. A pocos metros de la playa de Broña abrirá sus puertas el mes que viene Glass Cube, un complejo formado por cubos de cristal que tienen el paisaje que los rodea, de mar y monte, como polo de atracción. Ahora, con la irrupción del coronavirus, cuentan también con otro aliciente, pues el riesgo de contagio es prácticamente cero, ya que los clientes no tienen necesidad de tener contacto con nadie durante su estancia.

El complejo turístico está formado por cuatro alojamientos, datados todos ellos de cocina y yacusi, y orientados tanto a parejas como a familias, puesto que uno tiene capacidad para alojar hasta seis personas. Hay un quinto cubo que funcionará como terraza y que ofrecerá la posibilidad de disfrutar de impresionantes panorámicas de la ría de Muros-Noia y de inolvidables anocheceres.

Además de vidrio, la madera y el hormigón son los materiales que resaltan en estas construcciones, pero está previsto que el último vaya desapareciendo con el paso del tiempo y quede oculto detrás de enredaderas y otras especies vegetales, hasta que los edificios se mimeticen por completo con su entorno. El más inmediato es una finca de dos mil metros cuadrados que también está a disposición de los clientes. La idea es que llegue un momento en el que los huéspedes tengan la sensación de estar durmiendo en el exterior.

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Pasión por el entorno

Detrás de este proyecto turístico está Iván Nine, un empresario de la hostelería y apasionado de la naturaleza que decidió apostar por la fusión de trabajo y placer. Lleva tres años dándole vueltas a una idea con el convencimiento absoluto de que funcionará: «Vivimos nunha zona privilexiada que ten moito que ofrecer e penso que non lle damos a importancia que merece. Sempre me gustou meterme polo monte, ver aos mariñeiros co rastro ou gozar das postas de sol. Por iso quixen compartir todo iso, abrir unha fiestra para dar a coñecer todo o que temos aquí».

Para hacer realidad su sueño, el emprendedor outiense contó con una subvención de la Axencia Galega de Desenvolvemento Rural, Agader, pero sus gastos todavía no terminaron. Quiere instalar un punto de alquiler de bicicletas para que los clientes se adentren en las numerosas rutas de senderismo que recorren la zona y está dispuesto también a explotar las vertientes gastronómica, con degustaciones de productos de la ría, y lúdica, con conciertos.

Además, Glass Cube quiere ser un fortín en materia de coronavirus. Los clientes no tendrán que entrar en contacto en momento alguno con el personal, puesto que todos los trámites previos a la llegada se podrán realizar vía Internet, y los alojamientos están equipados para disponer prácticamente de los mismos servicios que en una casa. A mayores, las habitaciones serán desinfectadas cada día durante 20 minutos con máquinas de ozono: «Trataremos de desvivirnos pola seguridade», apunta Iván Nine.

Visión optimista

Un alojamiento de ensueño, ubicado a pocos metros de la playa y en un entorno natural privilegiado. La oferta es redonda y los interesados en ella no se han hecho esperar. Pese a que el complejo no abrirá sus puertas hasta julio, ya cuenta con un número importante de reservas, sobre todo de cara a agosto. Iván Nine cree incluso que el coronavirus ha jugado en este sentido a su favor: «Estou recibindo moitas chamadas, sobre todo de madrileños. É normal que queiran escapar de alí e vir para este paraíso».

Pese a la inversión realizada, el emprendedor outiense no le tiene miedo a la crisis: «Sei que vai ser grande, pero nós temos a fortuna de vivir nun lugar único e vai haber moitos que queiran gozar del». Ansía por tanto que se facilite la movilidad: «Eu non temo a chegada de turistas, o que me dá medo de verdade é non ter para comer».