Juan Luces: «A Liga da Costa ten algo especial, é unha paixón, un sentimento»

Jose Manuel Jamardo Castro
J. m. Jamardo RIBEIRA / LA VOZ

BARBANZA

jorge parri

ATLETAS DEL ATLÁNTICO | El muradano, entrenador del Monte Louro, jugó en diversos equipos de aficionados de toda Galicia

08 jun 2020 . Actualizado a las 05:00 h.

Llegar y besar el santo. Fue lo que le ocurrió a Juan Luces Cores, Porrúa (Muros, 1978). La temporada que acaba de finalizar se sentaba por primera vez en un banquillo y consiguió un importante éxito, ascender de categoría al Monte Louro, a la Liga da Costa. Aunque dirigir desde la banda no le era del todo desconocido, ya que cuando jugó en el Dumbría entrenaba en las categorías inferiores, en el equipo muradano retomó una actividad que tenía prácticamente olvidada y a la que le cogió el gustillo puesto que piensa seguir «ata onde chegue». Todavía no sabe dónde se sentará la próxima campaña, aunque su prioridad es continuar en el conjunto de la parroquia muradana y estrenarse en una de las ligas más competidas y bonitas de Galicia.

Porrúa es técnico de mantenimiento y trabaja en una empresa de energía eólica. Comenta que la pandemia apenas influyó en su actividad profesional, aunque tuvieron que extremar las medidas de seguridad, como estar siempre trabajando o viajando con el mismo compañero. En lo deportivo, el muradano comenzó, como la mayoría de los chavales, a jugar al fútbol en el equipo de su lugar de origen. En este caso, el Muros. Su puesto en el campo fue bajo los palos, una posición que no abandonó hasta que colgó las botas.

En la portería del Muros empezó a despuntar como un excelente guardameta. Con 15 años, el Compostela llamó a su puerta cuando el conjunto de la capital de Galicia vivía sus mejores momentos. Hizo su petate, cargado de ilusión, y empezó una nueva aventura. Era su gran oportunidad de aproximarse a la élite del fútbol español. Y estuvo muy cerca. Jugó dos años con los juveniles y después pasó al equipo B, con el que se proclamó campeón de Tercera División.

Al lado de figuras

Fernando Vázquez vio que tenía cualidades y lo llamó en varias ocasiones para entrenar con el primer equipo: «Eu tiña 16 anos cando fun por primeira vez. Adestrar ao lado de grandes figuras como Falagan, Fabiano ou Lubo Penev era un orgullo».

Pero las cosas comenzaron a torcerse en el conjunto de San Lázaro con el descenso a Segunda. La cantera fue la gran perjudicada y el O Grove, su alternativa: «Alí estiven catro anos marabillosos». Noia, Ribadumia, Chaián, Santa Comba, Dumbría y Dubra, donde colgó definitivamente las botas, fueron sus siguientes destinos.

Tiene en su haber varios trofeos de portero menos batido, en Tercera y en Preferente, pero los que más ilusión le hacen son los títulos de una Liga da Costa y una Copa da Costa.

El trabajo y una lesión le obligaron a dejar los terrenos de juego, y un empleo en Alemania lo alejó cinco años de su tierra natal. Regresó la temporada pasada y se le presentó la oportunidad de entrenar: «Un amigo do Monte Louro convenceume tomando unhas cervexas e non me puiden resistir».

La Tercera Galicia no es una categoría nada fácil: «A maioría son rapaces de Louro que traballan ou estudan. Os mércores podían ir adestrar seis. Os venres xa era outra cousa». Comenta que cogió un grupo «moi bo. Somos coma unha familia e iso notouse no terreo de xogo».

Juan Luces no se cansa de agradecer la colaboración y el apoyo, tanto de la directiva, como de los jugadores y la afición: «Estiven moi a gusto e fixemos un vínculo de amizade forte».

Buena sintonía

Desconoce si seguirá en el banquillo del Monte Louro: «Non me importaría. Estamos pendentes dunha reunión coa directiva. Hai sintonía por ambas partes». Recuerda que la próxima campaña habrá tres conjuntos del municipio en el mismo grupo, Monte Louro, Muros y Esteirana, por lo que «haberá partidos espectaculares e cos veciños apoiando aos seus equipos».

Porrúa jugó prácticamente en toda Galicia, pero reconoce: «A Liga da Costa ten algo especial, é unha paixón, un sentimento. Non hai nada que se lle pareza. A xente vive os partidos con moita intensidade, e en especial os derbis. A copa é outro espectáculo. Nunha final pódense xuntar máis de mil persoas». La llama del fútbol volvió a encender su corazón y su objetivo es «ir con todo e ata onde sexa».