El Museo Valle-Inclán se reinventa para volver a recibir a los visitantes

BARBANZA

CARMELA QUEIJEIRO

Nuevos itinerarios y servicios permiten garantizar la seguridad de los usuarios del edificio

31 may 2020 . Actualizado a las 05:00 h.

También para los museos habrá un antes y un después del coronavirus, una pandemia que ha obligado a los responsables de las salas barbanzanas a poner en marcha todo tipo de medidas para garantizar la seguridad de visitantes y trabajadores. El Museo Valle-Inclán de A Pobra ha sido uno de los espacios en los que se han llevado a cabo varios cambios significativos con el fin de poder reabrir sus puertas lo antes posible.

«Haberá un percorrido de sentido único, entrando pola porta da fachada principal e saíndo pola que dá ao Cantón da Leña coa finalidade de evitar que a xente se cruce», explicó Antonio González Millán, que reconoció que por el momento permanecerá cerrada la sala de exposiciones temporales de la planta baja.

Se ha rotulado y señalizado todo el museo para que los usuarios sepan por donde ir, «un sistema que descubrimos que é moi útil, e que vai quedar despois do coronavirus para marcar os percorridos».

  Mamparas

En recepción se instaló una mampara de vidrio de tres metros, y también se dotó de este sistema de protección a varios despachos del museo, puesto que se reabre el servicio de consultas, aunque es preciso pedir cita previa.

Además, según destacó González Millán, se están revisando todos los códigos QR de cada sala, gracias a los cuales los usuarios recibirán información en sus móviles sobre lo que están viendo, unos datos que podrán completar con una guía, que ahora debe solicitarse en recepción, puesto que no estará al alcance del público. El director de la sala pobrense calcula que en cada visita podrán participar unas seis personas y que el tiempo de estancia se reducirá a unos 30 minutos.

También se concentra todo el horario de apertura por las mañanas -de martes a sábado, de 10.00 a 14.00 horas-, porque así se pueden realizar labores de limpieza todos los días y no cada dos como se hacía antes. González explicó que solo resta que lleguen dos dispensadores de hidrogel y las alfombras desinfectantes para abrir sus puertas.