«As vendas de pan de millo caeron un 75 % dende que se decretou a alarma»

Jose Manuel Jamardo Castro
J. M. Jamardo RIBEIRA / LA VOZ

BARBANZA

cedida

La empresa de Manuel Pereira capea el temporal como puede pese a la caída de la demanda de sus productos

14 may 2020 . Actualizado a las 05:00 h.

En la posguerra, el maíz fue un cereal que dio de comer a muchos gallegos. En la mayoría de las casas de labranza se sembraba y con él se hacía pan. Era un producto básico y que no faltaba en la mayoría de los hogares. Pero cuando comenzó a llegar la industrialización, la gente empezó a emigrar a las ciudades y las fincas quedaron a campo. El trigo fue el sustituto perfecto y eso se notó en los hábitos de consumo. En la actualidad, el pan de maíz es casi una delicatesen, pues hay muy pocos artesanos que lo elaboren. Uno de ellos es el empresario rianxeiro Manuel Pereira, que vende su producto por supermercados y tiendas de prácticamente toda Galicia.

Desde su obrador de Araño, todos los días salen seis furgonetas cargadas con un producto típico gallego. Pero el coronavirus también le dio una estocada económicamente. «As vendas de pan de millo caeron un 75 % dende que se decretou a alarma», dice. El panadero señala que tiene nueve empleados, pero como es una empresa de alimentación, y por lo tanto se considera una actividad esencial, «non nos deixaron facer un ERTE», por lo que «estamos a capear o temporal como podemos. Menos mal que varios somos da familia», subraya.

Poseedor de un récord

Manuel Pereira también hace en su empresa empanadas de maíz. Es además la persona que tiene el récord de elaborar la más grande del mundo. Llegó a cocer una de 134 metros de largo. El empresario también diversificó su actividad y es un habitual de las ferias medievales. «Cada ano estamos presentes en arredor de 15, pero este verán non creo que poidamos ir a ningunha. A maioría xa están suspendidas, polo que tampouco teremos ingresos por este lado», explica.

Otro condicionante que tiene que añadir a la situación actual es que le obligan a envasar el producto que sale de sus hornos parta evitar el contagio: «Temos que levalo envasado e etiquetado, polo que os gastos xa son maiores». El consumo de pan de maíz cayó de forma considerable, según apunta. Además, «reducimos o reparto ao caer as vendas», reconoce. Otro problema que tuvieron en estos dos últimos meses es que al decretarse el confinamiento «a xente non saía tanto e non se podía mover moito, e xa non compraba o noso pan porque non o hai en todos os sitios».

Pereira comenta que los ciudadanos redujeron sus salidas a la compra y «agora van unha ou dúas veces á semana a mercar, e entón non consomen tanto produto do noso». Eso sí, esta semana, con la entrada en la primera fase de la desescalada, «xa notamos un pequeno aumento das vendas. Esperemos que siga medrando, aínda que a xente ten bastante medo».

En las rutas de reparto, esta empresa tiene entre sus clientes muchas tiendas pequeñas de barrio, pero en los últimos años «están pechando moitas, xa que os seus donos non teñen relevo cando se xubilan, e ademais as vendas van indo a menos».

A pesar de la crisis, Manuel Pereira seguirá cociendo pan y empanada de maíz, pues Galicia no puede quedarse sin un típico producto gastronómico.