El covid-19 prolonga el olvido del cerquero Divina del Mar

Jose Manuel Jamardo Castro
j. m. jamardo RIBEIRA / LA VOZ

BARBANZA

marcos creo

Seis meses después del naufragio, el barco sigue en la costa

14 may 2020 . Actualizado a las 05:00 h.

El 12 de noviembre, un suceso marítimo estremecía el municipio sonense. El cerquero Divina del Mar embarrancaba en las proximidades del castro de Baroña, muy cerca de su puerto base, Portosín, a donde se dirigía después de una noche de faena. El accidente dejó un muerto, Juan Manuel Castelo, que se golpeó contra las piedras cuando se lanzó al mar. El resto de la tripulación fue rescatada por otros barcos que estaban en las inmediaciones y algunos salieron por tierra.

La embarcación quedó atrapada en unas rocas y, aunque en un principio se intentó remolcarla, las condiciones meteorológicas lo impidieron. La aseguradora consideró que lo mejor para retirar su restos era sacarlos por tierra. Transcurrido medio año, los restos de la nave -hierros oxidados, retorcidos y desvencijados- siguen a merced del oleaje que continúa dañando la estructura del barco que ya solo vale para chatarra.

Los trámites burocráticos y la oposición de propietarios de fincas a ceder espacio para habilitar un acceso por el que puedan pasar los vehículos han provocado que hasta el momento no se moviese una sola chapa del lugar del accidente.

Representantes de la empresa encargada de sacar el barco mantuvieron reuniones con titulares de terrenos por donde se pretenden sacar los trozos del cerquero, pero muchos de ellos no aceptaron las condiciones ya que, en algunos casos, el alquiler de sus tierras por unos meses no pasaba de los diez euros.

La llegada de la pandemia y el confinamiento obligó a paralizar toda actividad y también las negociaciones, según apuntó el alcalde de Porto do Son, Luis Oujo.

Más dinero

El mandatario comentó que quedó todo suspendido, pero ahora habrá que ponerse manos a la obra. «O que temos claro é que o barco hai que quitalo dunha vez por todas, pois non pode seguir por máis tempo nese lugar». Oujo indicó que la empresa está dispuesta a ofrecer algo más a los dueños de las fincas pues «non é unha ruína darlle unha compensación máis grande».

Algunos afectados habían aceptado las condiciones de la firma encargada de la retirada de los restos, «pero a maioría dixemos que non, porque o que nos ofrecen é unha miseria e non estamos dispostos a que rían de nós», comentaba uno de los afectados, que reconocía que el alcalde estaba haciendo gestiones entre las partes afectadas «pero o coronavirus paralizou todo».

Lo que sí está claro es que los restos del Divina del Mar siguen a merced de las olas debajo del castro de Baroña y con «moi poucas perspectivas de que se quite o antes posible», comentaba un residente en las inmediaciones. Añadía en tono sarcástico: «Con un pouco de sorte, e como esperen máis, xa non terán que retiralo, pois entre os que levan pezas e ferros e o embate do mar xa non haberá nada que quitar». La travesía del cerquero todavía no llegó a su lugar definitivo. Habrá que esperar y el verano está a la vuelta de la esquina.