El miedo a la aventura precede a la fase 1

Ana Gerpe Varela
A. Gerpe RIBEIRA / LA VOZ

BARBANZA

carmela queijeiro

Buena parte de los hosteleros descartan abrir solo con la terraza, pero muchos optan por los menús y tapas para llevar

10 may 2020 . Actualizado a las 05:00 h.

La oferta de menús, raciones o tapas para llevar se ha multiplicado en la comarca con el paso de las jornadas, convirtiéndose en la alternativa de muchos hosteleros de Barbanza para retomar la actividad. Lo importante es volver a conquistar a los clientes para que regresen en cuanto el proceso de desescalada permita el acceso a los locales. Esta reconversión la están aplicando desde restaurantes hasta pequeños locales.

El plan elaborado por el Gobierno únicamente permite servir, a partir de mañana, consumiciones en las terrazas, una opción que buena parte de los empresarios descartan por considerar que no es rentable. Lo explica la rianxeira Rosabel Iglesias, del Memphis: «Co 50 % das mesas non cubre. Afortunadamente, non teño que pagar aluguer».

En cuanto a los alojamientos hoteleros, el hecho de que no puedan utilizarse las zonas comunes, como cafeterías o comedores, motiva que los dueños sean reticentes a abrir. El empresario José Norat, actual gestor del hotel Norat Palmeira, precisa: «Lo abriremos el 25 de mayo, seremos de los primeros de Galicia y hacerlo en esa fecha ya es un riesgo elevado. No hay reservas y tampoco hay llamadas. El problema es la falta de confianza de la gente en salir de casa».

Por su parte, Anxo Rodríguez, responsable de los cámpings Ría de Arosa en Ribeira y A Pobra, comenta que, a partir de mañana, «permitiremos el acceso de clientes que tienen aquí sus caravanas o casas prefabricadas, pero sin recepción ni posibilidad de usar las áreas comunes».

Los comercios

Los comerciantes, tras el irregular resultado de la cita previa, afrontan con muchas incógnitas la apertura de puertas.

El dueño de la tienda ribeirense La Urbana, Álvaro Muñiz, sentencia: «No sabemos cómo reaccionará la gente, hay miedo». Por su parte, la empleada en Rianxo de Nino Pieri se muestra confiada: «La gente va a sensibilizarse con el pequeño comercio».

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«Tenemos una terraza amplia para trabajarla»

Contados son los hosteleros de la comarca que abrirán sus puertas mañana para proporcionar servicio únicamente en la terraza. Entre las excepciones con las que podrán encontrarse los vecinos figura el establecimiento que regenta María Fernández en los jardines Valle-Inclán de A Pobra. De hecho, ha invertido las últimas jornadas en preparar el local tras dos meses de cierre. Cuando se le pregunta por la decisión, María Fernández responde: «Tenemos una terraza amplia para trabajarla». Asegura que podrá colocar unas diez mesas y que, si hay algún cliente, será mejor que continuar cerrados. Explica que aguantar hasta ahora ha sido difícil: «En casa somos dos autónomos, mi marido y yo. En mi caso percibí la ayuda, pero mi esposo no ha cobrado nada. Tenemos que intentar sacar esto adelante».

En la zona en la que se encuentra su bar no serán los únicos que abran: «Los dos que están al lado también van a comenzar a trabajar solo en el exterior». Será una manera de reactivarse y de ver cómo responde la clientela, si está dispuesta a sentarse para tomar una consumición.

«O burato económico que temos é moi grande»

El hostelero rianxeiro Alberto Carou es uno de los muchos empresarios del sector en la comarca que va a lanzarse, a partir del día 15, a la realización de platos para llevar y ya tiene una completa carta preparada, en la que no falta su tradicional empanada de maíz. Señala que es la alternativa para empezar a tener actividad porque, reconoce, «o burato económico é moi grande».

Alberto Carou analiza cómo serán las cosas cuando los clientes puedan volver a acceder al establecimiento y, de entrada, ve bastantes dificultades: «Resultará complexo de xestionar. O traballo na cociña, para cumprir as medidas de seguridade, vai ser moi distinto».

Por su cabeza pasan diferentes ideas: «Teremos que facer quendas, pensando tamén nas desinfeccións periódicas». Con un negocio en el que ha tenido que tramitar el ERTE para tres personas, no se plantea abrir la terraza porque considera que resulta inviable: «Ata finais de maio non abriremos». Confía en que tenga buen resultado la realización de menús para llevar: «A idea é facelos de venres a domingo, pero se funciona ben ampliarémolo».

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«Es como empezar de nuevo con otra hostelería»

La persona que está al frente de los fogones en el restaurante Miramar de Boiro, que regenta Javier Santamaría, es el cocinero Jorge Matosian, que ya ha diseñado unos menús especiales con el objetivo de que los clientes los recojan para comer en su casa. Ha empezado este fin de semana y ayer se mostraba bastante satisfecho: «Ya tengo algunos pedidos encargados. A ver si la gente va animándose». En cuanto a los platos que ha preparado, figuran entrantes como crujiente de centolla o langostinos, parrillada de carne o un variado con pescado, y tampoco faltan el postre ni una botella de vino. Si el sistema funciona, el establecimiento barajaría ampliarlo.

Se trata de un punto de partida, como explica Jorge Matosian: «Es como empezar de nuevo con otra hostelería. Esperemos que todo comience pronto a rodar otra vez». Por ahora está solo en el negocio: «En junio comenzarán a trabajar un par de camareros, porque los clientes ya tendrán acceso al interior y las medidas serán menos restrictivas que ahora». Sobre el futuro, dice que «lo veo complicados. Seremos los médicos del local».

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«Va a ser complicado, creo que la gente tiene miedo»

Al frente del establecimiento de ropa infantil Cukos en Ribeira, Ana Pérez lo tiene ya todo a punto para reabrir el lunes. Reconoce albergar muchas dudas: «Va a ser complicado, creo que la gente tiene miedo». La respuesta de los clientes constituye su mayor preocupación: «Es una situación muy particular. Es posible que exista miedo por parte de la gente a, por ejemplo, adquirir una prenda que ya haya sido probada o devuelta. Yo pondré las prendas en cuarentena durante 48 horas y les pasaré la plancha de vapor, pero desconozco cómo pueden responder los clientes».

En su caso, esta puede ser una etapa crucial porque ya ha tenido un invierno fuera de lo habitual. Una avería que afectó al comercio la obligó a permanecer cerrada durante varios meses y, cuando ya estaba lista para regresar a la actividad, el coronavirus le impuso una cuarentena inesperada.

Ana Pérez explica que cuenta con todas las medidas de protección: «La asociación de empresarios y el Ayuntamiento nos proporcionaron pantallas, mamparas, guantes y gel desinfectante». Ahora solo tiene la incógnita de saber cómo será el regreso: «La reacción de la gente jugará un papel determinante ahora».

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«No somos un bien de primera necesidad»

A principios de junio, el comercio de ropa y complementos para mujer de Silvia Lisvaz cumplirá siete años desde que abrió sus puertas en Boiro. Esta autónoma descartó reabrir la tienda con cita previa: «La verdad es que no acabé de ver demasiado claro ese sistema de funcionamiento en una actividad como la nuestra».

En la mañana de ayer, Silvia Lisvaz daba los últimos retoques a la tienda para la reapertura de mañana, con muchas incógnitas por despejar: «Todo va a depender de la confianza de la gente, aunque hay otros factores. No somos un bien de primera necesidad y creo que los vecinos comprarán lo justo»,

Por el tipo de prendas que vende, las restricciones impuestas por el coronavirus a los actos sociales también juegan en su contra: «La campaña de primavera suele ser muy buena porque hay celebraciones, ceremonias. Si todo eso se anula o se realiza bajo unas condiciones muy distintas a las actuales va a ser difícil que haya ventas en este sentido».

Sin embargo, la profesional también alberga esperanzas: «Igual nos sorprendemos mañana y la gente se anima a entrar en los establecimientos comerciales. A ver si esto vuelve de nuevo a la normalidad».