«Non poden poñerse portas ás praias»

Ana Gerpe Varela
A. Gerpe RIBEIRA / LA VOZ

BARBANZA

carmela queijeiro

Salvo que exista una imposición estatal, los concellos de Barbanza descartan parcelar los arenales para guardar distancias

08 may 2020 . Actualizado a las 05:05 h.

Con ojos de deseo miran niños y adultos las cristalinas aguas de la inmensidad de arenales barbanzanos bajo el sol que cada día calienta con más fuerza. Quienes podían, las veían antes desde los privilegiados miradores de sus casas hacia el mar y, ahora, la mayoría pueden hacerlo mientras aprovechan para caminar durante esa hora de permiso que concede el proceso de desescalada. ¿Qué va a pasar con las playas?, ¿podremos darnos un chapuzón este verano?, se oye preguntar. Las noticias sobre la compartimentación de las zonas de baño aplicadas en algún concello pontevedrés forman parte de los comentarios, suscitando nuevas preguntas sobre el cúmulo de incertezas de lo que está por venir.

A este respecto, al menos por ahora, los barbanzanos pueden estar tranquilos. Salvo que exista una imposición del Gobierno central, en la mente de los dirigentes municipales de la comarca no figura la parcelación de los arenales. «Non poden poñerse portas ás praias», es la conclusión a la que llegan.

La opción sobre la que trabajan la mayoría de los regidores es la del control de accesos, con todas las limitaciones que, matizan, implica. Podría hacerse en arenales urbanos como San Francisco, O Castelo o Virxe do Camiño, comenta la muradana Inés Monteagudo, pero «tenemos muchas otras playas en las que es imposible». Reconoce que lleva días pensando alternativas, pero sin encontrar ninguna que le convenza. Lo de delimitar espacios lo considera una auténtica utopía: «Temos moitas zonas con dunas, nas que non se pode intervir, e praias que, debido ás mareas, hoxe están dunha maneira e mañá de outra».

El nuevo eslogan de Ruiz

Capaz de sacarle partido a todo, el regidor de Ribeira, Manuel Ruiz, manifiesta que, dadas las dimensiones de la mayoría de los arenales de la comarca, considera factible que los usuarios puedan guardar la distancia de dos metros sin complicaciones.

Tanto es así que ya ha visto la oportunidad de sacar partido a las aglomeraciones que preocupan en otros puntos de la comunidad gallega y ya tiene un eslogan a punto: «Vén ás nosas praias, sóbrache onde colocar a toalla. Non leves o metro».

Pese a esto, reconoce que es en las playas pequeñas donde tiene mayor preocupación para controlar el flujo de personas.

Lo cierto es que todos los dirigentes locales de la comarca esoeran que el Gobierno central marque directrices. El edil de Turismo de Porto do Son, Manel Deán se refiere a la complejidad de establecer algún tipo de vigilancia: «Facer un control sería un problema grande. Temos 24 quilómetros de praias con centos de accesos. Nas urbanas, como O Cruceiro ou Coira, poderíamos levar a cabo algunha medida, pero é inviable nas Furnas ou Ribasieira, por exemplo».

También, a la espera de algún protocolo, el alcalde de Rianxo, Adolfo Muíños, sí manifiesta que probarán si existe alguna posibilidad de marcar distancias: «Pero nada de colocar estacas nin cousas parecidas. Máis adiante miraremos se é factible realizar marcas na area coas distancias».

A su homólogo carnotano, Juan Manuel Saborido, lo que le traen de cabeza son las caravanas, que cada año son fuente de problemas en las zonas de baño. Explica que ya ha abordado con la policía local las posibles alternativas para regular su acceso.

Tablero de ajedrez

En Boiro, el teniente de alcalde, Luis Ruiz, subraya la complicación de marcar límites en playas como Barraña, como si fuera un tablero de ajedrez. Confía en que se fijen unas pautas: «Como se fixo ata agora noutros ámbitos, como o comercio ou a hostalería».

Esperando también está el mandatario de Outes, Manuel González, aunque con la mente puesta en que el próximo reto que se avecina tras el avance del plan de desescalada es, precisamente, el de los arenales. Comenta el mandatario: «Confiamos en que haxa unhas pautas dende o Goberno e, no caso de que non sexa así, teremos que articulalas dende o Concello».

No será hasta junio cuando se permita el acceso a las playas, si el coronavirus continúa remitiendo y, como esperan todos, «non volva confinarnos».

«Contar con socorristas vai ser máis complicado que outros anos»

«Levo tempo dándolle voltas ao dos socorristas», afirma el responsable de Protección Civil de Boiro, Nacho Pérez Hermo, cuando se le pregunta por la vigilancia en las playas este verano. Asegura: «Vai ser máis complicado que outros anos», recordando que ya el pasado verano la mayoría de los ayuntamientos contaron con menos personal del previsto.

Precisa Nacho Pérez Hermo que «o 90 % das persoas que levan a cabo este labor son estudantes e debido ao confinamento e á alteración das clases, os exames nas universidades vanse realizar máis tarde. Loxicamente, eles teñen que atender primeiro os seus estudos».

El boirense también incide en la necesidad de realizar pruebas selectivas: «Na primeira nunca consegues xuntar a todos os que che fan falla, polo que é preciso levar a cabo dúas ou tres. Como moi tarde, teríamos que comezar o proceso a mediados de xuño para poder ter á xente nos areais o día 1».

Tampoco cabe perder de vista que la paralización de los procesos administrativos ha provocado estén pendientes de realizar muchos trámites, por lo que este puede convertirse en el primer verano en el que las playas tengan que prescindir de socorristas.