Las dudas atenazan a las peluquerías

M. Gómez / A. Lorenzo RIBEIRA / LA VOZ

BARBANZA

Carmela Queijeiro

Muchos profesionales del sector aguardarán hasta el 11 de mayo para abrir sus puertas con las máximas garantías

03 may 2020 . Actualizado a las 20:32 h.

«Eu non sei nada, ninguén sabe nada». Esta es la respuesta que daba la propietaria de un salón de belleza de la comarca cuando se le pregunta por la reapertura. Lo cierto es que la sensación de incertidumbre es unánime en el sector, que tiene muchas dudas sobre cómo será la arrancada tras el parón motivado por el coronavirus, y espera expectante instrucciones precisas del Gobierno central sobre cuándo y con qué medidas de seguridad podrán abrir de nuevo sus peluquerías.

Mascarillas para el personal y los clientes, pantallas de protección, mamparas, geles desinfectantes y rigurosidad a la hora de dar las citas son las medidas que el sentido común les dicta que deben tomar para trabajar con seguridad, pero lo cierto es que, a día de ayer, no tenían instrucciones concretas sobre qué deben hacer. De ahí, las dudas de muchos, que ante la incertidumbre esperarán al 11 de mayo para recibir de nuevo a sus clientes.

Serie de riesgos

Y es que abrir antes también puede implicar una serie de riesgos, puesto que aquellos que se hayan acogido a un ERTE y decidan regresar a la actividad, se quedarían sin la prestación en caso de tener que volver a cerrar las puertas por un posible rebrote del virus. Además, como el Gobierno todavía no ha levantado el estado de alarma, hay muchas mutuas y seguros que no cubrirían a los empleados que volvieran al trabajo y que, por las causas que fueran, tuviesen que coger una baja.

A todo ello se une que muchos profesionales aún no han incorporado todas las medidas de protección necesarias en sus negocios. «Ya hace tiempo que encargué las mamparas y las mascarillas, pero hay tanta demanda que están tardando en servir», comentaba una profesional pobrense, aunque es una situación que también están viviendo muchos otros trabajadores del sector.

Ante estas carencias y la falta de instrucciones concretas, los profesionales de la belleza piden paciencia a los clientes que les están esperando.

«La gente se muere de ganas por venir»

En pocos días la peluquería de Alba Gutiérrez cumplirá su primer año de vida, y siempre recordará que por el medio se coló la crisis del coronavirus. Desde que se enteró de que podría abrir a partir del lunes, comenzó a prepararlo todo, «extremando las medidas de limpieza y desinfección, que siempre las ha habido, pero ahora con más razón». Aunque desde que abrió sus puertas siempre ha trabajado con cita previa, considera que, ahora más que nunca, hay que llevar una agenda muy organizada, y se acabó lo de atender a las personas que aparecen sin avisar.

«La gente se muere de ganas por venir a las peluquerías, y yo creo que los primeros 15 días serán de mucho trabajo para todos, luego ya veremos como continúa. Pero hay que extremar las precauciones», insiste la ribeirense, que, por el momento, trabaja ella sola en el negocio. De esta forma, también puede organizarse mejor porque, como máximo, puede atender en su local a tres personas, siempre y cuando las pueda intercalar porque están recibiendo un tratamiento en el que hay que esperar cierto tiempo.

«A xente non está lendo a letra pequena e vai ter problemas»

Es la primera que se muere de ganas por volver a abrir su negocio, pero también quiere ser responsable y consecuente, porque considera que ponerlo a funcionar el lunes puede causarle más inconvenientes que beneficios. «Aínda non volvemos á normalidade, e a xente non está lendo a letra pequena e vai ter problemas», advierte Suka Crujeiras. Como ejemplo explica que si sus cuatro empleadas -que están en un ERTE- regresan a la actividad, pero luego hay que volver a cerrar la peluquería, «elas perden o dereito a cobrar. Ou se unha delas se contaxia nesta semana, a mutua non a cubre porque seguimos en estado de alarma».

Crujeiras considera que no se han detallado convenientemente las condiciones del regreso a la actividad, y por eso ella ha estado formándose en distintos cursos para que su peluquería sea un lugar seguro. «Son moi precavida, e desde o minuto un xa comecei a mercar separadores, mamparas... Teño máis de 1.000 luvas, 500 mascarillas, toallas e capas de usar e tirar, e todo o local desinfectado. Eu podería abrir agora mesmo», afirma la peluquera ribeirense, que, a pesar de todo, tiene muy claro que hasta el día 11 de mayo no volverá a su establecimiento.

DANI GESTOSO

«Hai unha incerteza total sobre como imos abrir»

El parón obligado por el coronavirus cogió a Óscar Lorenzo con un negocio a pleno rendimiento en Boiro y otro arrancando en Rianxo. Hacía 15 días que LG Barbería había abierto sus puertas en la villa rianxeira cuando tuvo que cerrar: «Tiñamos unhas expectativas moi boas, pero agora con isto... É unha faena, para min e para a xente que traballa comigo».

Su intención es empezar a recibir a los primeros clientes el lunes, pero todavía no sabe ni si podrá ni cómo lo hará: «Hai unha incerteza total sobre como imos abrir. Nós queremos facelo, pero non sabemos nada. Preguntei en todas partes e estamos todos un pouco igual, á espera de que o Goberno publique unha orde no BOE».

Por lo pronto, Óscar Lorenzo mantiene sus planes de reabrir ambos negocios el día 4 de mayo, y ya tiene todo más o menos previsto para hacerlo, desde mascarillas y pantallas protectoras a geles desinfectantes: «Temos a sorte de ter un local bastante grande e temos posibilidade de distanciar os tocadores». Sin embargo, a diferencia de otros profesionales, aún no ha empezado a dar hora a los clientes que llaman preguntando: «Non podemos dar citas porque non sabemos a xente que imos poder ir traballar».

«Cando abramos vai haber unha avalancha»

Yolanda Rodríguez tiene claro cuál debe ser la prioridad en el proceso de desescalada que está a punto de comenzar: «O máis importante é a saúde e facer as cousas ben». En eso están ella y su equipo, en adaptarse para afrontar esta nueva etapa: «Estamos preparando o salón, a próxima semana virán instalarnos as mamparas, e esperando material». En su caso, aguardarán al día 11 para abrir sus puertas con todas las garantías y todo el material desechable que necesitan, porque saben que hay muchas personas esperando su vuelta: «Queremos ter todo preparado para poder traballar todo o equipo, porque cando abramos vai haber unha avalancha». En cualquier caso, aún no hay decreto que ordene el regreso a la actividad, y sin él no pueden abrir.

Yolanda es cauta cuando se habla de la vuelta a la normalidad: «Hai que andar con coidado, non se pode esquecer que a situación está como está, isto non acabou. Todas as precaucións serán poucas e pretendemos facer as cousas o mellor posible». Cree que hay que tomar medidas de prevención, pero sin volverse loco: «Hai que protexerse e usar o sentido común».

«Tomamos medidas que son de sentido común»

Paula Alonso tiene decidido que no abrirá las puertas de su peluquería en Boiro hasta el 11 de mayo, entre otras razones porque está esperando la llegada de batas desechables y otro material para trabajar con seguridad para ella y para sus clientes cuando llegue el momento. Sobre las medidas de protección que va a adoptar, explica que el sector no tiene ninguna instrucción específica: «Tomamos medidas que son de sentido común, porque nadie nos marcó unas pautas concretas para empezar a trabajar».

Desinfección y citas espaciadas serán claves para funcionar a partir de ahora, algo que Paula tiene asumido: «En mi caso concreto, como trabajo sola, es más fácil controlar esos aspectos». Está deseando ponerse manos a la obra, y, aunque no está dando citas todavía, su intención es establecer prioridades: «Me gustaría empezar por la gente que tiene que ir a trabajar, y confío en que los demás lo entiendan». Espera de sus clientes la misma comprensión que ha encontrado hasta ahora: «Agradezco mucho la gente que me llama y me pregunta cuándo vuelvo, eso quiere decir que cuentan contigo, que te esperan».