Menos niños de lo esperado en el primer día de salida para los menores de 14 años

Marta Gómez Regenjo
Marta Gómez RIBEIRA / LA VOZ

BARBANZA

Las llamadas de algunos vecinos despistados alertando de que había mucha gente en la calle fueron la nota anecdótica

27 abr 2020 . Actualizado a las 05:00 h.

Muchos niños barbanzanos, y también sus padres, esperaban con impaciencia e ilusión el momento en el que pudieran salir de sus casas y volver a correr por la calle. Esa oportunidad llegó ayer, sin embargo, la presencia de pequeños fue menor de lo esperado. Las policías locales estaban preparadas para una salida en estampida de los menores de 14 años, pero no llegó a producirse, y quienes aprovecharon el permiso del Gobierno para abandonar el confinamiento lo hicieron con responsabilidad y respetando las restricciones.

El hecho de que buena parte del territorio barbanzano sea eminentemente rural y la población esté dispersa llevó a que el seguimiento por parte de las fuerzas del orden de la primera jornada en la que se permitía el paseo a los menores de 14 años se centrase en los núcleos urbanos, pero tampoco en las grandes localidades se registraron aglomeraciones de personas. En Boiro, Paula Romero bajó con su madre a dar un corto paseo por la peatonal y la situación era tranquila. A sus 9 años es ya un poco consciente de los efectos del coronavirus y su progenitora reconoce que tenía un poco de miedo a salir, pero al final se animó y la primera toma de contacto con la calle fue bien.

En Noia indicaban que, aunque se veía a bastantes niños y el movimiento de personas era superior al habitual en las últimas semanas, la salida fue controlada y no hubo incidentes.

Sin dormir

Más o menos igual transcurrió la jornada en Rianxo, donde algún padre reconocía la impaciencia de sus hijos por volver a pisar la calle: «Xa case non durmiron pola noite pensando en que ían poder baixar unha hora».

En Muros, el sábado había ciertas dudas sobre cómo aplicar el decreto que regula la salida de los menores, pero ayer la Policía Local reconocía que el día estaba siendo de lo más tranquilo, algo a lo que ayudó un cielo encapotado que amenazaba lluvia: «En toda a mañá cruzámonos cunha ducia de cativos, agardábamos máis movemento.

También en A Pobra esperaban ver a más pequeños en la calle, pero lo cierto es que tanto la policía como padres que salieron con sus hijos coincidieron en que hubo poco movimiento. Aún así, la jornada dio para alguna anécdota, como las llamadas de algún vecino despistado denunciando que había muchas personas en la calle y, lo que era peor, acompañadas de niños.

Entre los pequeños pobrenses que aprovecharon para jugar con sus bicicletas estaban Dani y Manu, que cuando pusieron un pie fuera de casa fueron sorprendidos por sus vecinos, que habían decorado la calle con cintas de colores y les tiraron confeti desde las ventanas para celebrar con ellos el merecido paseo.

En cuanto a Ribeira, tampoco se registraron incidencias, aunque fuentes de la Policía Local sí indicaron que había cierta confusión entre la ciudadanía sobre las instrucciones para las salidas.