Las herramientas digitales se convierten en el flotador de salvación del curso escolar
BARBANZA
Los docentes tiran de ingenio para impartir las materias
26 abr 2020 . Actualizado a las 05:00 h.Si la pandemia del coronavirus hubiese ocurrido hace apenas dos décadas, está claro que los escolares ya habrían perdido el curso escolar. Sin embargo, las nuevas tecnologías han permitido que este cambio de las aulas a las casas no sea demasiado traumático, aunque nunca será lo mismo recibir clase de manera telemática que presencial.
«Existe unha gran implicación por parte dos docentes, e moitos están botando man da creatividade e de todos os recursos ao seu alcance para seguir impartindo ensinanza aos rapaces, aínda que é moi difícil facelo de forma telemática». Esta es la opinión de Olegario Sampedro, profesor, psicólogo y presidente del Instituto de Mediación Educativa de Ribeira (IMER), quien reconoce que la situación actual también ha servido para evidenciar todavía más las desigualdades sociales que existen entre unos alumnos y otros.
«Non todo o mundo ten acceso ás ferramentas informáticas, e aínda que as Administracións están axudando, esta situación resalta máis as diferenzas», opina. Por otro lado, explica que a través del IMER están llevando a cabo un programa para ayudar a aquellos estudiantes que están atravesando por un momento delicado debido a esta cuarentena, que afecta sobre todo a los jóvenes que se sienten excluidos. «Un mes ou un trimestre para as persoas maiores xa non é importante, pero para os rapaces a perspectiva do tempo é moitísimo máis transcendente».
Otra cosa que destaca Sampedro y que también es compartida por sus compañeros es que no hay directrices claras sobre qué hay que hacer. Coke Mariño, profesor de Formación e Orientación Laboral do CIFP de Coroso, afirma que las notificaciones que les llegan del Gobierno y de consellería son muy genéricas.
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«Hai xa varias semanas que comezamos a terceira avaliación, e o que se deduce de todo o que envían é que nos dediquemos a repasar e que non adiantemos materia, pero ao mellor dentro duns días cambian de opinión», explica Mariño.
Al igual que sus compañeros, él ha ido poniéndose en contacto con sus alumnos y explicándoles que les enviaría trabajos, que servirían para recuperar la asignatura a aquellos estudiantes que estén suspensos, y para subir nota a los que la tengan aprobada. Sin embargo, confiesa que no es fácil contactar con todos los estudiantes, y que no todos disponen de las herramientas para poder seguir el curso, una situación que también están viviendo en otros institutos de la comarca. «Está claro que no vamos a poder evaluar en las mismas condiciones, habrá que tener otros criterios», apuntan desde Muros.
LOS DATOS
569
Plazas en escuelas infantiles
En los siete centros de A Galiña Azul de la comarca y en la guardería municipal de Ribeira están casi todas cubiertas
8.104
Alumnos de infantil y primaria
Estos ciclos educativos tienen este año una veintena menos de estudiantes en la comarca
5.483
Secundaria y bachiller
En este curso se matricularon un centenar menos de jóvenes. Por su parte, en FP rondan los 750 inscritos este año
Fran Lires: «Es increíble la capacidad de adaptación de los niños»
«Dentro de lo anormal de esta situación, los alumnos lo están llevando muy bien. Es increíble la capacidad de adaptación de los niños», afirma Fran Lires, que tiene en su centro a 386 estudiantes de 6 a 12 años. En el Felipe de Castro también han echado mano de las nuevas tecnologías para seguir con el curso, «y seguimos trabajando mucho, aunque todos los profesores estamos deseando volver a la normalidad». Sin embargo, no está muy convencido de que puedan hacerlo en los próximos meses, porque reconoce que mantener las distancias con niños tan pequeños es sumamente complicado.
Se comenta que se puede comenzar con los niños más mayores, pero yo personalmente veo muy complicado volver a las aulas en esta situación»
«Se comenta que se puede comenzar con los niños más mayores, pero yo personalmente veo muy complicado volver a las aulas en esta situación, e incluso comenzar el curso en el mes de septiembre», destaca Lires, que recuerda que lo primero es la salud de las personas y su seguridad.
Roi Pérez: «Con isto quedou todo no aire, vai ser unha despedida moi estraña»
Los alumnos y padres de la escuela sonense de Caamaño ya están acostumbrados a lidiar con las nuevas tecnologías, porque desde principio de curso trabajan con un blog. «O que estou facendo agora son propostas de traballos e de xogos, xusto estamos cun proxecto sobre Galicia. Intento mandar dúas ou tres actividades á semana e procuro que as manualidades sexan doadas e haxa materiais na casa», apunta Roi Pérez. En su centro estudian 13 niños de 3 a 6 años, de los que ocho cambian de ciclo y en septiembre se irán a un colegio de primaria. «Con isto quedou todo no aire, vai ser unha despedida moi estraña», reconoce.
Además de estar en contacto directo con los padres y alumnos de este curso —a través de distintas aplicaciones y del teléfono—, Roi Pérez también mantiene informadas a las familias de los estudiantes que se habían preinscrito y que está previsto que el próximo mes de septiembre se unan a las clases de esta escuela unitaria.
Pura Prado: «Con 25 alumnos por aula o distanciamento é difícil»
En el instituto Número Un de Ribeira han ido aprovechando los recursos que tienen para continuar con el curso en la medida de lo posible. «Os alumnos de primeiro e segundo da ESO que estaban con programa E-dixgal, xa levaron os ordenadores para a casa e lles seguen enviando traballos; outros están na aula virtual, e eu fixen grupos de correos electrónicos e doulles clase a través de aplicacións telemáticas», enumera Pura Prado. La docente explica que el mayor problema está con los estudiantes que irán a la selectividad el próximo mes de julio, y con los que se están volcando, «repasando moito con eles e intentando adiantar materia, aínda que anunciaron que nos exames haberá maiores oportunidades de elección».
Prado no cree que puedan volver este curso al centro, sobre todo por los problemas de espacio: «Con 25 alumnos por aula o distanciamento é difícil».
Alicia Patiño: «Las familias están agradecidas de que estemos manteniendo el contacto con ellas»
La crisis del coronavirus pilló a todos desprevenidos y con poco margen de maniobra para saber cómo actuar. Las escuelas infantiles (con niños de 0 a 3 años) cerraron sus puertas de un día para otro, pero en las últimas semanas se han puesto en marcha iniciativas para poder continuar con el curso escolar.
«Nosotros tenemos el blog A escola na casa en el que hay una parte con actividades para los niños, otra con información para los padres, y otra para los educadores», explica Alicia Patiño, directora de A Galiña Azul en Praia Xardín. El centro también utiliza la aplicación TokApp para interactuar con los alumnos y organizar proyectos conjuntos, como uno que acaban de realizar con motivo del Día del Libro. «Las familias están agradecidas de que estemos manteniendo el contacto con ellas en una situación como esta», apunta, al mismo tiempo que reconoce que ve muy difícil volver a las clases y respetar el distanciamiento con unos niños tan pequeños.
Antonio Teira: «Intentamos flexibilizar para axudar aos rapaces»
Si es complicado continuar con el curso en los distintos ciclos educativos, aún lo es más en los de formación profesional, debido a la gran carga de horas de práctica. Las herramientas informáticas también están ayudando, «e estamos empregando programas de simulación, aínda que non é o mesmo que facelo con materiais reais», confiesa Antonio Teira, director del CIFP de Coroso.
Otro de los problemas a los que se han tenido que enfrentar es cómo gestionar las prácticas en empresas que estaban realizando los alumnos cuando estalló la crisis. Según las nuevas directrices del Gobierno, hay estudiantes que pueden continuar si la compañía tiene actividad, otros pueden aplazarlas hasta el verano, o dejarlas para el curso que viene. «Intentamos flexibilizar para axudar aos rapaces, e tendo en conta que as prácticas son unha importante saída laboral», destaca.