La caída de ingresos en las estaciones de servicio barbanzanas ronda el 85 %
15 abr 2020 . Actualizado a las 21:12 h.Cuando se decretó el estado de alarma, el Gobierno obligó a numerosos negocios a mantener su actividad porque el objetivo era tener cubiertos los servicios básicos. Las gasolineras se incluían dentro de este apartado pero, desde que comenzó la crisis sanitaria, los ingresos de las estaciones de servicio han caído en picado. «Pola semana a baixada pode estar nun 80 %, pero as fins de semana alcanza o 90-95 %», calcula Javier García, que está al frente de Garlou, en Boiro, uno de los veinte puntos de suministro que están obligados a estar abiertos en Barbanza según las últimas directrices del Gobierno.
El empresario ha tenido que acogerse a un ERTE porque, con este parón de la actividad, era incapaz de mantener a todos los trabajadores de la plantilla. «Agora somos uns dez en total. Dos cinco que estabamos no taller, só quedamos dous, e estes días estamos aproveitando para pintar, porque non hai traballo ningún. Só podemos atender avarías urxentes de xente que precisa o coche para traballar», apunta. El futuro no es nada alentador, y eso que afirma que esta semana, con la vuelta al trabajo de varios sectores, se notó un poco más de movimiento de camiones y vehículos particulares.
La misma impresión tiene el pobrense Manuel Durán que, aunque reconoce que la actividad en la comarca nunca se ha parado del todo gracias al gran peso de las conserveras, «la gente solo se desplaza al trabajo y apenas hace 20 kilómetros al día, por lo que no necesita repostar tan a menudo. Hay muy poco tránsito, y cada día que abres la gasolinera estás perdiendo mucho dinero, tienes muchísimos más gastos que ingresos».
Una cisterna
A pesar de que la capital barbanzana cuenta con más población, el frenazo en el sector está siendo estrepitoso. «Si antes comprábamos tres o cuatro cisternas de combustible a la semana, ahora nos sobra con una», apunta una empleada de la Shell de Ribeira, que ha tenido que acogerse a un ERTE. Esta trabajadora ha reducido a la mitad su jornada, «porque si antes hacía 40 horas semanales, ahora serán 20. Lo poco que voy a ganar ya me da para comer. Tal y como están las cosas, para qué quiero el dinero si no salvo la vida», afirma la ribeirense, al mismo tiempo que critica a numerosos vecinos que se están saltando el confinamiento.
En su gasolinera, al igual que en el resto de la comarca, han tenido que cumplir a rajatabla las directrices del Gobierno, que reducen su actividad a que solo se puede repostar y realizar reparaciones de urgencia. Está prohibido llevar a cabo otros trabajos de mecánica, cambios de aceite, lavados, e incluso vender productos que no son de primera necesidad, a lo que se une que los cafés que se sirvan no se pueden tomar allí y son para llevar. Esta situación provoca que las fuentes de ingresos se reduzcan considerablemente, aunque hay una excepción que permite dar un cierto respiro al sector: el suministro de combustible para calderas.
«Entre la gente que las primeras semanas quiso llenarlas por miedo a si pasaba algo, y que el precio de los carburantes bajó y ahora está muy económico, tenemos muchos pedidos que nos están salvando un poco la papeleta», confiesa el empleado de una estación de servicio sonense.
El Gobierno obliga a tener abiertos una veintena de puntos de repostaje en Barbanza
La caída en picado de ingresos de las gasolineras provocó el envío de una cascada de reclamaciones al Gobierno, que finalmente optó por dictar una especie de servicios mínimos que establecen qué estaciones de repostaje están obligadas a abrir durante el estado de alarma, aunque el resto puede continuar abiertas si así lo consideran. En la comarca esta norma afecta a un total de veinte puntos de suministro, una cantidad que asegura que en cada concello siempre habrá, como mínimo, uno operativo.
También están obligadas a prestar servicio las gasolineras de la autovía del Barbanza, es decir, la que hay a la altura de la salida del polígono pobrense de A Tomada, y también la de Dodro. A ellas se unen las estaciones que suministran combustible a las embarcaciones, como es el caso de la de Cabo de Cruz, y las de los puertos de Muros, A Pobra, Porto do Son, Rianxo y Ribeira.
Esta situación provoca que, en algunos municipios como el pobrense, tienen que estar operativas las tres gasolineras que existen, a pesar de que la caída de clientes es brutal desde que se decretó el confinamiento.
ESTACIONES QUE TIENEN QUE ESTAR OBLIGATORIAMENTE ABIERTAS
RIBEIRA
SHELL Avda. da Coruña
REPSOL Malecón
BOIRO
GARLOU CEPSA Carrofeito
NOIA
CEPSA San Bernardo
EROSKI A Barquiña
RIANXO
REPSOL Taragoña
A POBRA
REPSOL Autovía
REPSOL Baiuca
PORTO DO SON
CEPSA AC-550
OUTES
CEPSA AC-550
MUROS
REPSOL Ventín
CARNOTA
CEPSA AC-550
MAZARICOS
CEPSA Parque Antes
AUTOVÍA
SHELL Dodro
SURTIDORES MARÍTIMOS
RIBEIRA
REPSOL Muelle pesquero
BOIRO
PETROCASH Cabo de Cruz
RIANXO
VALCARCE Muelle pesquero
A POBRA
AVIA Muelle comercial
PORTO DO SON
REPSOL Muelle pesquero
MUROS
REPSOL Muelle pesquero