Cuando llegue el día después

BARBANZA

06 abr 2020 . Actualizado a las 05:00 h.

Preocupados en muchas ocasiones por cosas superfluas a las que concedíamos una importancia desmedida, el coronavirus constituye una bofetada de realidad. Existe un sentimiento generalizado de que las cosas serán distintas cuando hayamos vencido a la pandemia y podamos regresar a las calles.

Serán esas calles por las que patrullan esos policías locales que felicitan los cumpleaños o alegran el atardecer del confinamiento poniendo música. Las mismas en las que encontraremos a los voluntarios de Protección Civil, que tanto acuden a un accidente como se hacen cargo de la distribución de mascarillas o víveres en tiempos de pandemia.

Volverán a abrir sus tiendas los comerciantes, las peluquerías, los establecimientos hosteleros y una innumerable lista de negocios de diverso tipo que dan vida a las calles, y que han resultado especialmente damnificados.

Es cierto que Internet está haciendo posible una cuarentena más llevadera, entidades y particulares de todo tipo aprovechan las redes sociales para mantener en contacto a la población, para entretenerla en un estado de alarma desconocido en el mundo hasta ahora. Incluso, para recordar que todos los que están ahora cerrados confían en poder abrir sus puertas pronto.

Cuando llegue el día después debemos tener presentes a todos esos autónomos, pequeños o grandes empresarios que constituyen el pilar del empleo en la comarca. Todos y cada uno de ellos van a dar la batalla por salir adelante y es bueno recordar que las pequeñas cosas son las que importan. Cuando llegue el día después, serán vitales.