«Como isto non remate pronto, non sei se poderemos volver a abrir»

Ana Lorenzo Fernández
Ana Lorenzo RIBEIRA / LA VOZ

BARBANZA

cedida

Las floristerías se marchitan. A la cancelación de encargos se une la pérdida de mercancía

31 mar 2020 . Actualizado a las 05:00 h.

No se trata de un sector estratégico ni esencial, pero sí que da trabajo a muchas personas de la comarca y que, debido a la crisis del coronavirus, ya deshoja la margarita calculando si cuando todo esto haya pasado podrán volver a abrir sus puertas. A la falta de encargos durante un mes, como mínimo, se añade que gran parte de la mercancía que tenían se ha estropeado.

Patricia González forma parte de la segunda generación de una familia que ha vivido siempre entre flores, y que todos estos días está viendo como la empresa se puede ir al garete por causa de esta pandemia. «Nos máis de trinta anos que leva aberto o negocio non recordamos nunca unha situación peor, nin cando foi a crise económica», apunta la joven boirense, que desde hace 13 años se ha puesto al frente de Floristería Marimar, que tiene un puesto ubicado en la plaza de abastos municipal.

Ella se vio obligada a cerrar las puertas de la tienda hace 15 días, «e toda a mercancía que había nas cámaras tivo que ir para o contedor do lixo. Eu calculo que foron máis de 500 euros en flores». A esta pérdida económica se une la cantidad de llamadas que se han ido sucediendo en estas dos semanas para cancelar pedidos. Patricia González dice que esa ha sido la peor parte, y pone como ejemplos la festividad del Día del Padre, «que é unha data na que sempre temos moito traballo, e agora en Semana Santa outro tanto do mesmo. Tiñamos un encargo para decorar a imaxe da virxe dos Dolores e xa o cancelaron».

El panorama se dibuja bastante negro en los próximos meses, tanto que Patricia González no tiene nada claro el futuro del negocio familiar. «Como isto non remate pronto, non sei se poderemos volver a abrir. Isto é un desastre e para solicitar as axudas do Goberno hai que dar tantas voltas que non hai forma de aclararse», confiesa angustiada la boirense.

Bodas aplazadas

También es en esta época cuando se comienzan a celebrar bodas, otra importante fuente de ingresos de las floristerías, pero tal y como está la situación, muchos enlaces ya se han suspendido, y otros están a la espera de ver cómo evoluciona la pandemia. El pobrense José Antonio Teira señala que ellos ya han tenido numerosas llamadas para anular encargos, «y estamos perdiendo mucho dinero. Teníamos plantadas muchas flores porque esta es una época de movimiento, pero la mayoría las habrá que tirar». A esto se une la incertidumbre sobre cómo evolucionará esta crisis, «porque ahora mismo no sabemos si plantar o no, porque a lo mejor también las perdemos».

Los funerales parecían ser la única alternativa para poder trabajar en esta época de crisis, pero la situación se ha puesto muy complicada. María Inés Martínez lamenta que muchas personas ya no encarguen ramos o coronas porque, como no se celebran velatorios, ya no las envían a los tanatorios. «Co noso traballo transmitimos sentimentos, para o bo e para o malo, e que mellor que enviar flores polo falecemento dun coñecido para acompañalo nestes momentos tan difíciles, e sobre todo cando non se vai a poder estar presente», destacó la profesional.

Insistió en que, precisamente en esta situación tan crítica, es cuando más significado tiene su trabajo, y no concibe que haya difuntos que se entierran sin estar arropados por las flores que le envían quienes los quisieron.