Leer y escribir son otras de las actividades que lleva a cabo durante el encierro el actor
27 mar 2020 . Actualizado a las 05:00 h.Entre la lectura y la escritura reparte las largas horas de confinamiento el dramaturgo ribeirense Quico Cadaval. Reconoce que los primeros días pasaron rápido, «tiña traballos que rematar e o certo é que nin me decatei», y luego tuvo ocasión de sumergirse en nuevas actividades: «Dedícome á cociña e xa lle collín o punto ás verduras ao forno». Añade que tiene un nuevo espectáculo en fase de preparación, pero admite que no está en los primeros puestos de su lista de prioridades: «Aínda está na súa fase inicial».
La lectura forma una parte importante de la agenda que Cadaval ha diseñado para su particular encierro. Entre los últimos libros que ha devorado figuran El perro del hortelano y La odisea: «Dúas antigüidades coas que igual non me animaría noutras circunstancias». También ha grabado estrofas de Cunqueiro para enviar a sus amigos con motivo del Día Mundial de la Poesía y se lamenta de que unos problemillas relacionados con las nuevas tecnologías le impidan sumarse a una propuesta lanzada por las narradoras gallegas y consistente en subir relatos a Internet, aunque asegura que participará en breve.
Añorando a la gente
Quico Cadaval califica de impublicable aquello que está pensando en hacer en cuanto pueda pisar de nuevo la calle, peor sí confiesa lo que echa de menos: ««Teño a sensación de que facía un feixe de cousas ao día que realmente non boto en falla. Si estraño á xente, as amizades».
Desde su encierro, el ribeirense aprovechar para lanzar una recomendación: «Deberiamos empezar a calar a boca os que non sabemos do tema». Y también un mensaje de alerta: «O mal non acouga, segue traballando. Hai que ter moito coidado e manter intactos os nosos dereitos sociais e lembrar que o que nos pode salvar é a solidariedade e a empatía. Debemos ter en conta que non somos soldados e si cidadáns».