Aprender

Alicia Fernández LA CRIBA

BARBANZA

27 mar 2020 . Actualizado a las 05:00 h.

Esta crisis, como cualquier otra de las miles de crisis que la humanidad ha surfeado, todas ellas con un coste vital mayor o menor, podría ser un punto de inflexión y de reflexión si los humanos, tan empecinados siempre con nuestro ombligo, levantáramos la cabeza y le dedicáramos un tiempo a analizar todo lo que nos ha restregado por la cara. Con amplitud de miras, con humildad y con generosidad. Pero aunque ahora pensemos en ello, supongo que lo olvidaremos al segundo día de que nos abran la cancela.

Si no es así podríamos acordarnos y valorar lo público: en la sanidad, en las residencias o en los servicios de emergencia; por ejemplo, cuando las batas blancas vuelvan a salir a la calle y pensemos que no defienden lo de ellos sino lo de todos. El valor de la producción propia para la disponibilidad de medios en caso de una situación crítica como la presente y no tener que depender tanto de terceros; por ejemplo, defendiendo y primando las empresas españolas para que no se vean abocadas al cierre por la competencia desleal de otras latitudes.

Revisar los ejes sobre los que pivota la distribución del presupuesto del Estado, sobre todo en relación a su ingente gasto militar del que solo aprovechamos la UME en casos como este. En este apartado seguro que podemos aprender algo del almacenamiento estratégico del ejército chino, esencial en situaciones críticas.

Y dejar a un lado la mezquindad política. Pero para eso es necesaria una sociedad crítica que lo valore y no aplauda y jalee los ataques partidistas más bajos, ni forme parte de la nauseabunda cadena de propagación a través de las redes sociales.