El boirense puso en marcha seis bandas municipales
23 nov 2022 . Actualizado a las 18:49 h.El mundo de la música está triste. El clarinete de José Ramón España Lorenzo no volverá a sonar. Murió con 92 años de edad y será enterrado mañana a partir de las 11.00 horas en el cementerio parroquial de Cespón. El maestro nació con los acordes en las venas. Pertenecía a una de las familias más importantes y conocidas de la comarca, los Pinchudos de Taragoña. Era tanta su pasión que de joven se fue para Santiago a estudiar. También vivió en sus carnes la emigración. La capital de Venezuela, Caracas, fue su destino. Allí siguió con su carrera y se graduó. Durante varios años fue profesor de clarinete en el conservatorio de esa ciudad. En la década de los 70 hizo el recorrido a la inversa. Regresó a su tierra natal. Nada más aterrizar las clases fueron su refugio.
El mundo de la música y en especial la enseñanza era su pasión. Uno de sus primeros pasos fue poner en marcha la banda infantil de Taragoña, un auténtico vivero de jóvenes promesas y que en la actualidad siguen en la brecha. También fue el responsable de las bandas de música municipales de Boiro, Negreira, Ordes, Santa Comba y Mazaricos. Estas actividades las compaginaba con las clases particulares que no dejó, pues el contacto con sus alumnos era muy importante para el. José Ramón España fue uno de los primeros profesores de música de las comarca y por sus aulas pasaron cientos de jóvenes, y no tan jóvenes, que hoy en día tienen esta actividad como profesión.
La jubilación fue un paso más en su gran pasión. Le permitió enfocar la música con otra perspectiva. Creó el grupo de música antigua Menestreis de Boiro y recorrieron prácticamernte toda Galicia dando conciertos. Además salieron a actuar por diferentes ciudades españolas e incluso viajaron al extranjero. Otra faceta que pudo poner en marcha fue la de compositor. Según su amigo Xulio Gutiérrez, hizo un tipo de música culta muy enraizada en el folclore popular gallego.
José Ramón España era una persona muy querida y respetada. Como músico recibió munerosos premios y distinciones, siendo homenajeado por colectivos y entidades de la zona en diversas ocasiones.Pero lo que más recuerdan sus exalumnos, es su persona. Era extremadamente bondadoso, reconoce Gutiérrez, pues siempre tenía una sonrisa para los demás y nunca se alteraba. Era un auténtico talento musical que mantuvo la lucidez hasta el último momento.
Se va una gran persona y un gran músico pero deja todo un legado de amistad, cariño y composiciones.