Los furtivos vulneran la cuarentena sin dar tregua a los guardapescas

Ana Gerpe Varela
A. gerpe RIBEIRA / LA VOZ

BARBANZA

CEDIDA

La Guardia Civil denunció a seis personas en Boiro y Rianxo desde el martes

20 mar 2020 . Actualizado a las 11:34 h.

«¿Qué es esto para no poder salir de casa, una guerra?», respondió la noche del miércoles un furtivo a un guardapescas de la cofradía de Cabo de Cruz cuando lo sorprendió con bivalvo en la playa de Xión. Vulnerando el estado de alarma, los saqueadores de los bancos marisqueros prosiguen con su actividad ilícita y no dan tregua a unos vigilantes que, por ahora, carecen de mascarillas para protegerse y prosiguen con su trabajo de preservar los recursos pesqueros.

Las primeras denuncias ya han caído, pero la tarea no resulta sencilla porque, aunque existe una estrecha colaboración entre guardapescas y fuerzas del orden, quienes extraen ilegalmente el molusco en las playas saben bien como escabullirse. En las últimas dos jornadas, la Guardia Civil tramitó en Boiro cuatro expedientes a otros tantos furtivos por saltarse el estado de alarma y por ejercer una actividad para la que carecen de autorización.

En el caso de uno de ellos, además, fue denunciado por el intento de agresión a un vigilante, que tuvo que emplear el espray de pimienta para poder defenderse, después de que el mariscador ilegal arremetiese contra el vehículo de la cofradía.

Explica la presidenta de la agrupación de productores a pie de la cofradía de Cabo de Cruz, Charo Vázquez, que hubo un ligero parón en las jornadas posteriores al decreto del estado de alarma: «Ao principio non se lles vía moito, pero agora volven saír».

Y tanto que lo hacen, porque la pasada madrugada fueron interceptados tres en los arenales de Mañóns y Barraña, explicó Charo Vázquez, quien precisó que se trata de furtivos habituales. Desafiando cualquier norma impuesta, mantienen su rutina e, incluso, alguno hasta se atreve a hacerlo a plena luz del día, aunque son los menos.

Aviso de una vecina

En estas inusuales jornadas en las que los ciudadanos están confinados en sus casas, hay muchos ojos mirando por las ventanas a la espera de que el coronavirus permita que todo regrese a la normalidad. Precisamente, observando lo que sucedía en el exterior estaba una vecina de Boiro cuando vio a dos personas dirigiéndose a una zona de maleza en la que cogieron dos sacos.

Temiéndose que pudiera tratarse de marisco, dado que es un lugar próximo a la playa, avisó a la cofradía. Charo Vázquez comentó que los guardapescas acudieron al lugar «pero xa non os demos localizado».

Las cosas tampoco están tranquilas en Rianxo. El patrón mayor, Miguel Iglesias, precisa que el miércoles fueron detectados un par y ayer por la tarde recibió la llamada de un vigilante, quien le informó de que había detectado a cuatro personas y que había alertado a la Guardia Civil. Dos lograron escabullirse y otro par serán denunciados.

Iglesias explica que las primeras jornadas tras el decreto del estado de alarma prosiguieron con su actividad como si todo siguiera igual: «O luns non respectaron nada e o martes tamén houbo movemento. Continúan coma sempre».

El dirigente del pósito ha manifestado su queja por el hecho de que no dispongan de mascarillas para proporcionárselas a los vigilantes, que deben continuar con su actividad.

Iglesias comentó que los furtivos que siguen acudiendo a los arenales no son los que cogen pequeñas cantidades, sino aquellos que trabajan a mayor escala.

Una conservera compra navaja en exclusiva a los mariscadores sonenses

Los mariscadores de Porto do Son y Portosín prosiguen con la extracción de navaja al haberse convertido en su cliente en exclusiva una fábrica de conservas, para la que trabajan bajo demanda.

Los profesionales y la empresa han establecido un precio unitario de siete euros por kilogramo. Eso sí, el producto que se captura debe tener unas condiciones adecuadas para su elaboración.

De no ser por esta circunstancia, el colectivo ya hubiera cesado en su actividad, como ha hecho en el caso del percebe.

Aguiño y Muros

También están trabajando en la extracción de almeja mariscadores de Muros y de Aguiño. Sin embargo, la cotización de este producto ha caído en picado durante las últimas jornadas

Antes de que la pandemia obligase a confinar a los ciudadanos, la cotización del producto oscilaba entre los 10 y los 12 euros. En la actualidad, el valor en las subastas está entre 5 y 6.

Sin reglas (Sálvora-Opinión)

De igual forma que no respetan el medio de vida de los mariscadores, llevándose todo el molusco que pueden de las concesiones, y de la misma manera que son capaces de agredir sin miramientos a un vigilante que está cumpliendo con su labor actúan los furtivos en este excepcional estado de alarma que tiene a toda la población en vilo. Lo suyo es saltarse las reglas y, por lo que parece, vale todo.