Miguel Cores: «Te lo vayan a pagar o no tienes que hacerlo, en estos momentos no puedes pensar en facturar»

Álvaro Sevilla Gómez
Álvaro Sevilla RIBEIRA / LA VOZ

BARBANZA

CARMELA QUEIJEIRO

El empresario ribeirense donó cientos de mascarillas y miles de guantes a los cuerpos de seguridad de la zona y a los profesionales del hospital de Barbanza

18 mar 2020 . Actualizado a las 05:00 h.

El domingo el ribeirense Miguel Cores Suárez, gerente de MCS, siguió con atención la comparecencia de Pedro Sánchez. Le afectaba directamente. Dueño de una firma que suministra productos de seguridad, entendió que era el momento de entregar todo el material sanitario que tuviera almacenado. «Te lo vayan a pagar o no tienes que hacerlo. En estos momentos no puedes pensar en facturar lo que sea, 500, 1.000 euros... Aunque sepas que haya gente que lo va a hacer igual», afirma el barbanzano.

El lunes cargó la furgoneta con cientos de mascarillas y miles de guantes, así como de trajes desechables: «El problema es que en el Concello de Ribeira no sabían todavía dónde había que dejar el material. Les mandaron una circular, pero sin instrucciones claras». Sin respuesta por parte del Gobierno central, pensó que en la comisaría de la Policía Nacional tendrían enlace con el Ministerio de Interior. «Mi sorpresa fue que no disponían de ningún material de protección. Los agentes tuvieron que comprarlo por su cuenta», revela. Allí hizo su primera donación: 250 mascarillas y 1.000 pares de guantes.

Se imaginó que algo similar ocurriría en la Policía Local de Ribeira. «Estaban peor. Dejé 250 mascarillas y otros 1.000 pares de guantes», destaca. Hizo lo mismo en los puestos de la Guardia Civil de Boiro y de Rianxo, con sendas remesas: «Lo agradecieron muchísimo. No es normal que des una orden de requisar material cuando no tienes claro qué hacer con él».

Parte del material entregado dentro de la furgoneta de reparto
Parte del material entregado dentro de la furgoneta de reparto

Más necesario

Pero Cores no quiso olvidarse de la gente que está en primera línea de batalla luchando contra el coronavirus. Por ello se acercó al hospital de Barbanza, donde dejó otras 2. 000 mascarillas y 8.000 pares de guantes. Estos últimos, fundamentales: «Las mascarillas pueden utilizarlas por cada turno que van a trabajar, pero los guantes tienes que cambiarlos según el paciente. Y los necesitaban».

A pesar de que estos días están siendo frenéticos para su empresa, aprovechó para cederles seis trajes desechables a los agentes de la Policía Nacional, que incluyen cofia y patucos: «Por si tienen que hacer una intervención en una vivienda, por ejemplo, y deben coger a alguien que pueda tener el virus. Dos más fueron para la Policía Local y ocho, para la Guardia Civil. El resto de material entregado al Estado lo dejó entre la comisaría de la Policía Nacional y la base del GAEM de Ribeira.

Descontrol

Conocedor del sector del material de seguridad, afirma que la situación se le ha ido de las manos al Gobierno central: «Es muy bonito estar sentado en el ministerio, pero como no pises las calles y no bajes a la arena no sabes lo que ocurre en realidad. Todos son informes encima de la mesa, pero en Ribeira, A Pobra y Boiro no tenían material. Los agentes estaban haciendo controles y no se podían ni acercar a los coches».

Destaca que el sector sanitario sí está mejor preparado, pero quería hacer su aportación para que el resto de la gente que tenga que trabajar en la calle pueda hacerlo con garantías. «Tienen que salir a patrullar», dice. Sobre el dinero, asegura que no ha pedido facturas: «Me dijeron que lo hiciera, pero lo entregué para que lo usaran. Es una donación personal».

Escribió el literato Stefan Zweig que en la guerra se veía lo mejor y lo peor de la gente. Lejos de un conflicto bélico, aunque en plena batalla sanitaria, hay gente que todavía está dispuesta a olvidarse y a ceder lo suyo para que todos, desde agentes de las fuerzas del orden a sanitarios, puedan librar la batalla con los recursos necesarios.