El aceite de los coches barbanzanos regresa a las carreteras como betún asfáltico

Jose Manuel Jamardo Castro
J. M. Jamardo RIBEIRA/LA VOZ

BARBANZA

MATALOBOS

En la comarca se recogen anualmente alrededor de 400.000 litros

14 mar 2020 . Actualizado a las 11:57 h.

Hace años cualquiera cambiaba el aceite al coche. Era algo tan normal que se tiraba en cualquier sitio. En las alcantarillas o incluso en el monte. Pero la situación dio un vuelco y la contaminación es un tema bastante serio. Para deshacerse de estos restos ya no es tan fácil. Está muy controlado y vigilado. La mayoría de los propietarios de los vehículos optan por cambiarlo en centros o talleres autorizados que se encargan de su recogida para su posterior tratamiento. En la comarca de Barbanza se calcula que se recogen alrededor de 400.000 litros al año de este producto.

Una de las firmas que opera en la zona y que se dedica al reciclaje de este tipo de óleo, Ingaroil, es la responsable de la gestión de este residuo en más de doscientos talleres de la comarca, desde Carnota hasta Rianxo.

El portavoz de la compañía, José Manuel del Río, destaca que para llevarse este tipo de material contaminante es necesario cumplir una serie de requisitos y tener las correspondientes autorizaciones. La empresa, con base en Santa Comba y planta de tratamiento en As Somozas, gestiona sobre el 50 % de los restos del aceite usado de los vehículos de la comarca, «máis de 200.000 litros ao ano», subraya.

Sistema de succión

Del Río señala que el material recogido pasa un proceso de descontaminación y reciclaje hasta que vuelve a ser utilizado. Explica que un camión cisterna recoge el aceite en los puntos habilitados para ello a través del sistema de succión para evitar que caiga. Después se traslada a la planta de tratamiento donde se somete a un proceso de decantación y después se le extrae el hidrocarburo y el agua a través de un sistema de evaporación para rematar con el filtrado del producto.

El proceso de descontaminación deja los restos limpios y convertidos en combustible, listo para su uso. Uno de los principales clientes de la empresa de reciclaje es Ence. José Manuel del Río destaca que utilizan este producto para sus calderas.

DIPUTACION

Otro destino mayoritario son las empresas que se dedican a la preparación de asfalto para las carreteras. En este sentido, y según Del Río, este combustible lo utilizan para calentar la arena y la grava que se mezcla con el chapapote para hacer el conglomerado y que se denomina betún asfáltico.

Más barato

El resultado del reciclaje del producto encargado de engrasar el motor es, según el portavoz de Ingaroil, «un combustible alternativo ao fuel é incluso máis barato». El precio de este líquido es sobre un 30 % inferior al gasoil mientras que el rendimiento es el mismo. También es incluso más ecológico, pues tiene menos niveles de azufre.

É un combustible alternativo ao fuel e incluso máis barato» 

Llevarse estos restos de un taller mecánico no es fácil pues es preciso cumplir una serie de requisitos que empieza por la vestimenta de los operarios para evitar tocar el aceite usado. La recogida tiene que llevarse a cabo al menos una vez cada seis meses, según comenta José Manuel del Río. Los talleres reciben un documento oficial que acredita la entrega del material.

Los talleres de la zona adscritos a esta firma de reciclaje entregan una media de mil litros al año para su transformación. Del Río precisa que hay muchos que no se dedican expresamente a este tipo de actividades por lo que es menos lo que recogen pero sin embargo, «outros teñen cantidades moi superiores».

Uno de los residuos más peligrosos y contaminantes

El aceite empleado en vehículos y maquinaria industrial es uno de los residuos más peligrosos y contaminantes que existen. Dos de cada tres litros de este producto usado se puede reciclar para su uso, según el Sistema de Gestión de Aceites Industriales usados en España (Sigaus). Sus vertidos contaminan el aire, el agua y la tierra y por ello, su reciclaje es fundamental para ahorrar energía y para reducir las emisiones de CO2.

A pesar de las dificultades que un particular tiene para deshacerse de este residuo si quiere ahorrarse unos euros, desde Sigaus apuntan que en algunos talleres o desguaces aceptan los restos de este material gracias al convenio que tienen ciertas entidades de gestión de residuos. De estas, la más relevante a nivel nacional es precisamente Sigaus. Este tipo de entidades se encargan de analizar y tratar este tipo de aceites para, posteriormente, regenerarlos y darles uso de nuevo como puede ser para betunes asfálticos de las carreteras.