La azafata que dio el salto a YouTube y ya se acerca al millón de seguidores

María Xosé Blanco Giráldez
M. x. Blanco RIBEIRA / LA VOZ

BARBANZA

cedida

La pobrense acaba de publicar un libro sobre el acoso que sufrió cuando era niña

06 mar 2020 . Actualizado a las 08:02 h.

Los yutuberos, personas normalmente jóvenes que han convertido las redes sociales y los canales de Internet en su medio de vida, están de moda. La que para muchos constituye una simple afición que pasa por colgar fotos o vídeos de su día a día, para otros es una salida laboral que puede llegar a estar muy bien pagada. Fati Vázquez, una pobrense que tiene 24 años, la descubrió y se enganchó, tanto, que dejó su trabajo como azafata de vuelo para dedicarse en exclusiva a contar experiencias y a ofrecer consejos a través de la Red. Su fuerte es el ámbito del entretenimiento.

Fue una expareja la que desveló a Fati Vázquez la existencia de una oportunidad laboral en las redes: «Él se dedica al mundo de YouTube y fue viéndolo cómo empezó a interesarme a mí». Primero se sumó a sus vídeos, colocándose a los mandos de la Play para jugar al FIFA, y después creó su propio canal: «Como azafata de vuelo tenía contratos eventuales, así que aproveché un parón para situarme en YouTube, un año después ya me estaba dedicando a tiempo completo a mi canal. Me veía estresada con dos ocupaciones y realmente no me sentía plenamente realizada con ninguna».

Ha pasado un año y medio desde que Fati Vázquez dio ese paso y ya suma 1,2 millones de seguidores: 910.000 en YouTube y el resto, en Instagram. Cuando se sitúa delante del teléfono móvil, busca ofrecerles un contenido con el que disfruten y se rían. Contando un chiste, probándose unos pantalones, dándose un chapuzón en la playa, haciéndose un tatuaje, reaccionando a lo que ocurre en La isla de las tentaciones... Ella insiste en que, en contra de lo que muchos opinan, se trata de un trabajo serio, al que le dedica muchas horas: «Subo vídeos los miércoles, viernes y domingos y, a mayores, fotos el resto de la semana; pero el lunes empiezo a planificar el trabajo, pensando los contenidos. Luego los vídeos hay que editarlos y eso lleva su tiempo».

Ese es el punto de partida de una rueda que gira en función de las reproducciones que registre cada contenido, pues es de ellas de las que depende la publicidad que insertan las plataformas y que se traduce en ingresos para los yutuberos como Fati Vázquez, que a nivel legal son autónomos.

Ahora, escritora

Además de convertirse en un rostro conocido, la fama le ha brindado a esta pobrense la posibilidad de cumplir su sueño de publicar un libro: Y que vengan a por mí. La editorial Planeta le propuso contar la historia de acoso que sufrió siendo niña y adolescente, y ella aceptó: «Es una historia cien por cien verídica y escrita por mí de principio a fin. Con ella busco influir en los niños, ayudar a aquellos que estén sufriendo lo que yo padecí».

Su historia de acoso comenzó cuando tenía 9 años y su familia se mudó de A Pobra a Moaña. Primero fueron falsas acusaciones, bromas de mal gusto y desplazamiento, pero cuando llegó el instituto empezaron los insultos, los empujones, las zancadillas... Sus padres optaron por la vía de la denuncia y la bola creció: «La madre de una de ellas llegó a agredir a la mía. Llegó un punto en que no podíamos salir de casa». Con 16 años, Fati Vázquez y su familia regresan a la villa pobrense. Su vida da otro giro, en este caso positivo, y arranca su trayectoria ascendente.

Desde hace un tiempo, la joven busca en Madrid oportunidades. Le tira el mundo de la música y también se ve como presentadora. No le importaría dar el salto a la televisión, aunque ha rechazado alguna propuesta: «Me propusieron ir a La isla de las tentaciones, pero creí que podría dañar mi imagen y lo descarté. Pese a eso, si surge una propuesta interesante, la aprovecharé». De momento, se conforma con su faceta de yutubera. Su reto es llegar al millón de suscriptores en su canal.